Las donas son un pan delicioso que nos llena de felicidad las mañanas con sus diferentes opciones pasando por las clásicas con azúcar, chocolate y chispas hasta las más extravagantes con queso y hasta tocino. Pero seguramente no soy la única que se ha preguntado ¿a quién se le ocurrió hacer una pieza con orificio al centro? Pues su origen se lo debemos al “Olykoek”, un pan holandés.
Este exquisito bocadillo como muchos otros alimentos ganadores, fue hecho por casualidad. Su origen se le atribuye al tradicional pan “Olykoek” de Holanda que significa “pan aceitoso”. Es una pieza redonda que para cocinarlo se freía en manteca de cerdo.
En el siglo XVIII, los colonos holandeses llevaron la receta a Nueva Amsterdam, hoy Manhattan en Estados Unidos. La preparación fue cambiando porque en el «Nuevo Mundo» se incorporaron otro tipo de ingredientes y especias.
Pero surgió un nombre: Elizabeth Gregory. Esta mujer experimentó agregando nuevos ingredientes a la preparación del Olykoek como ralladura de limón para potencializar el sabor. Pero había algo más que quería hacer.
Todas las mañanas le enviaba a Hanson, su hijo marino, las piezas de pan que horneaba para él y sus compañeros; sin embargo, por allá del siglo XIX su hijo comenzó a quitarle el centro a las piezas de pan porque quedaba crudo.
Se popularizó de esta manera pero en la Primera Guerra Mundial llegó a su punto máximo cuando un grupo de mujeres voluntarias preparaba las que ahora conocemos como donas para los heridos del enfrentamiento.
Más tarde Estados Unidos nombró al primer viernes de junio como oficialmente el Día de la Dona y poco tiempo después fue adoptado por todo el mundo.
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