En 2017, una de las personalidades nominadas al Oscar de “Mejor Música Original” fue Mica Levi por su trabajo en “Jackie”, la película de Pablo Larraín que relata la vida de Jackie Kennedy después del asesinato de su esposo. Además de componer música para esa película y para la infravalorada “Under The Skin” un par de años antes, Levi solía hacer agradables experimentos sui generis con un grupo conocido como The Shapes, además de producir para otros artistas emergentes. Uno de ellos es Tirzah, una voz a la que hay que poner atención y quien probablemente haya hecho uno de los mejores discos de todo 2018.
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La carrera de Tirzah se remonta hasta hace poco más de cinco años, cuando lanzó su primer Ep producido por la ya mencionada Mica Levi. Ahora presenta “Devotion”, su primer disco de larga duración, y es una de esas curiosidades musicales que mutan constantemente y en donde cada canción es tan emocionante como la anterior.
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Tal como lo haría su mentora, las canciones del disco están construidas como frágiles experimentos. Son canciones pop que dan la impresión de que en cualquier momento pueden quebrarse, pero que se sostienen con una voz que por momentos goza de una visceralidad humana (“Affection”) y por otros se escucha como una máquina incapaz de sentir (“Guilty”). Una dualidad que bien podría formar parte de los personajes más complejos de Philip K. Dick.
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Es esa dicotomía en la que parece recaer el éxito de “Devotion”. Así como la personalidad de su autora oscila entre lo humano y lo artificial, las melodías lo hacen entre la perfección y el desastre. Canciones como “Do You Know” o “Basic Need” se sienten asimétricas, mientras que otras como “Holding On” o la titular “Devotion” son precisas composiciones que bien podrían ser un hit radiofónico en algún mundo más justo. Siempre con una prosa dedicada al amor, al romance y su capacidad de hacer cambiar de perspectiva de un momento a otro.
“Devotion” es un disco que puede requerir paciencia para aquellos que busquen himnos pop sin detenerse a explorar, pero para otros familiares de cosas como FKA Twigs, Arca o hasta los Dirty Projectors será un regalo perfecto para abrazar. Un disco que se exprime con cada escucha y que parece arrojar una nueva sorpresa con cada nueva vuelta. Pocos así hoy en día, hay que aprovechar el momento.