Antes de que Ryan Gosling se convirtiera en el ícono cinematográfico y social que actualmente es, su carrera era más tranquila y traía menos peso. Hasta entonces, sus máximos logros como actor eran una modesta película llamada Half Nelson musicalizada por Broken Social Scene y The Notebook, que después se convertiría eventualmente en la referencia obligada del romanticismo adolescente que es hoy. Su agenda daba para muchas cosas y una de ellas era darle el espacio necesario a una afición que, aunque muchos después de ver La La Land creyeron que era oportunista, lo perseguía de años atrás: la música.
Lee también: Jay Z rinde tributo a Chester Bennington
En 2009 juntó esfuerzos con Zach Shields –quien después participaría en soundtracks de películas como The Conjuring- para crear un musical a partir del gusto de ambos por el horror de la celebración de Halloween. Y aunque la idea de montar un espectáculo en vivo nunca llegó a ser lo planeado, ambos continuaron con el proyecto musical hasta darle vida a uno de los discos más curiosos de los últimos años: el debut de Dead Man’s Bones.
No solo estaban ellos dos, también reclutaron al coro del Conservatorio Musical de Silverlake para servir como una especie de contraparte de lo que el Langley Schools Music Project fue alguna vez para los éxitos de los Beatles y los Beach Boys. Juntos le dieron vida a una extraña especie de asamblea musical gótica que permanece casi intacta hasta la fecha.
La gran labor de todos se nota no solamente en el hecho de poner en práctica una idea que parecería ser meramente escolar en la mente de cualquiera, sino también en hacerlo con una seriedad que John Carpenter o Wes Craven respetarían. Y para ejemplos basta mencionar Buried In Water, una canción tan triste como tenebrosa que por momentos recuerda al icónico coro de Nightmare On Ealm Street, o My Body Is A Zombie For You que bien podría cerrar con conmovedor humor cualquier secuela de Scream.
En este disco Gosling no se escucha como lo hace actualmente en La La Land, sino más bien como un extraño generador de ideas oscuras que recuerda a los primeros años de Tim Burton. En canciones como Pa Pa Power o la titular Dead Man’s Bones incluso se muestra como gran conocedor de la música americana clásica. Por cada una de ellas hay otras como Lose Your Soul o Flowers Grow Out Of My Grave en donde incluso luce mucho más oscuro que en Blue Valentine.
Lee también: El increíble soundtrack de Baby Driver te mantendrá motivado en el tráfico
Son doce canciones las que conforman una de esas curiosidades que cualquier amante de la música y el cine debe de conocer. Un disco que permanece como uno de los tesoros de Halloween más olvidados de los últimos años y que, además, le brinda un pretexto más a cualquier admirador de Gosling para no dejar de hablar bien de él. Un oscuro regalo que siempre se agradece escuchar.
Debe estar conectado para enviar un comentario.