Hay pocas cosas en las que el mundo puede estar de acuerdo, pero una de ellas es que el 2020 ha sido uno de los peores en la vida de cualquiera que esté respirando al día de hoy. Incendios, propuestas de (más) guerras, explosiones y una pandemia, el 2020 quedará grabado en los libros de historia. Pero, jugando a ver un poco el vaso medio lleno, hubo cosas buenas en este inesperado 2020.
Por eso es importante ver el lado bueno de las cosas. Basta con abrir cualquier red social para encontrar diez malas noticias, pero a pesar de eso, hay que recordar que en estos últimos meses también sucedieron muy buenas cosas, algunas que mantuvieron la llama encendida en medio de un mar de oscuridad.
La vacuna más rápida de la historia
Muchas personas no se dan cuenta del logro que la humanidad alcanzó al crear una vacuna para una enfermedad nueva en tan sólo unos meses. Este hito demuestra que la ciencia ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años y que aunque aún hay muchas enfermedades por combatir, podemos hacer frente a ellas.
Un respiro al planeta
Con el mundo encerrado en casa, el planeta tuvo unas semanas para sanar. Aunque la cuarentena fue paulatina alrededor del mundo, sentimos que hubo días en que casi nadie se movía, y con ello llegaron las noticias de que Venecia tenía aguas cristalinas, que distintos animales salvajes regresaron a merodear en las orillas de los pueblos e incluso en algunas ciudades. Un recordatorio de que podemos y debemos coexistir mucho mejor con la naturaleza.
Activismo
Aunque la razón no es buena (la muerte de George Floyd fue la gota que derramó el vaso en muchos sentidos), este año la gente tuvo que salir a las calles con un riesgo mucho más grande. Las protestas de Estados Unidos tuvieron eco en el resto del mundo y desde entonces no han parado.
Arte en todos lados
Desde azoteas, balcones o a través de streamings, la música llegó a nosotros, pero el arte en general inundó nuestra vida en los tiempos más inciertos, demostrándonos que es en los momentos más difíciles cuando más la necesitamos. Incluso muchos vieron el 2020 como el año en que pudieron pasar de espectadores a creadores y hoy el mundo tiene más artistas que hace un año.
Cambios impensables
Nuestras vidas cambiaron de la noche a la mañana. El home office pasó de ser un sueño lejano a una pesadilla, los estudiantes se encontraron confinados a sus computadoras, pero a pesar de todo, aprendimos a pasar tiempo en familia y es algo que ahora no pretendemos perder, no importan los cambios que vengan. La gente comenzó a hacer dietas más saludables, a cocinar, incluso a jugar ajedrez gracias a una serie. Este año ha sido el más raro, pero siempre tendremos cosas buenas por las cuáles agradecer.
Y no solo eso, hubo muchas manchas urbanas que sanaron un poco, el caos de las grandes ciudades cesó un poco y, el que posiblemente sea el mayor aprendizaje que tuvimos, es aprender a no dar por sentado algo en nuestra vida.