En la vida no tenemos que ser malagradecidos con nosotros mismos, si lo pensamos dos veces, cada que nos vemos frente al espejo somos capaces de ver lo malo pero rara vez vemos lo bueno. Sí, todo eso que nos hace sentir intranquilos por simple pequeñeces que en lugar de agradecerle por hacernos diferentes, lo vemos como el fin del mundo. Nuestro cuerpo es nuestro principal templo del alma y qué mejor que agradecerle por todo lo que nos ayuda día con día en lugar de renegar de lo que tenemos. Es momento de darle un giro a nuestra vida y enfocar la energía en las cosas bonitas.
Es decir, una persona no puede cambiar si no lo desea, se tiene que querer hacer algo por mejorar para que realmente suceda. Por ello, una forma fácil de conseguirlo es poniendo diferencia cada mañana al cómo nos levantamos, agradece y agradece mucho porque sea la vida que quieras o no al final se tiene un cuerpo, una vida y hay personas que ni siquiera tiene eso en estos momentos. De ahí parte el cambiar a una mentalidad en la que cada que nos veamos apliquemos un poco de Hoʻoponopono al agradecer todo, lo que nos gusta y lo que no para generar una vibra positiva en nuestro entorno y nosotros mismos con nuestro cuerpo. ¡Te compartimos algunas cosas que vale la pena agradecer!
Movimiento
Somos tan desconsiderados que apenas y somos capaces de ver que nuestro cuerpo nos permite movernos, correr, brincar, bailar, el simple hecho de poder mover un dedo es una bendición. Así que trata que cada mañana al despertar tengas presente agradecerle a tu cuerpo por permitirte poder expresarte por medio de los movimientos de tu cuerpo. Todo un arte pasamos desapercibidos hasta que nos lastimamos o duele algo y no podemos hacer lo de antes, es un buen punto reflexivo para valorar y agradecer porque conforme vamos creciendo cada vez es más complicado hacer lo que alguien joven puede.
Sentir
Creo que es una de las cosas que más nos cuesta comprender pero somos muy afortunados de sentir, desde un golpe para experimentar el dolor hasta poder sonreír mientras nos sentimos felices o llorar cuando hay días complicados, experimentar cualquier tipo de sentir en el cuerpo es una maravilla. Nos hace valorar los días buenos de los tristes y hasta en la tristeza ver lo bonito de la vida.
Ver
Una cosa que hay que agradecer es poder ver, desde nuestras películas favoritas, ver crecer y triunfar a nuestros seres queridos. O tal vez ver la belleza de la naturaleza, la vista es uno de los sentidos que mas se ven como un reflejo del alma en el que podemos apreciar todo lo que amamos y nos llena de felicidad. Es uno de los sentidos que igual debemos cuidar mas porque pasar tanto tiempo en el celular o computadora nos hace estar con la vista cansada y se tiene que valorar que somos capaces de poder ver tantas cosas.
Escuchar
Cuantas veces no hemos ido a la playa y nos hemos relajado al escuchar al mar, es una manera muy fuerte de conectar con nuestro yo interno, los sonidos siempre logran hacer que podamos permanecer en el aquí y ahora de una forma única para relajarnos y sentirnos tranquilos. Nuestro cuerpo es ese motor y conector con nuestras emociones así que es importante aprender poco a poco como dejarnos fluir y agradecer lo que nuestro cuerpo nos permite.
Sanar
Nuestro cuerpo siempre logra regenerarse de cortadas, heridas, golpes o cualquier malestar, depende lo que pase implica también el tiempo que eso lleva pero al final logra sanar y recuperarse para permitirnos poder estar en sintonía de nuevo con nosotros mismos agradeciendo que se pueda reponer y nos permita seguir viviendo nuestra vida cada día. El simple hecho de estar vivos debería ser bastante motivo para agradecer y sentirnos plenos todos los días.
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