Por más financieramente responsable que seas, un gasto o evento inesperado puede robarte la paz y generarte muchísima ansiedad. Especialmente si no lo veías venir, como una pandemia. Y el estrés financiero es algo común, posiblemente uno de los más populares tipos de estrés, si podemos decirlo así. Hablemos de eso, sin pena.
Ya hemos hablado mucho sobre reconocer y entender las ansiedades y preocupaciones que nos ha generado toda la situación mundial. La incertidumbre y los cambios diarios nos tienen tronándonos los dedos al ver que tantas empresas están quebrando, modificándose y que muchas economías están paralizadas. Es completamente normal preocuparse por dinero y justo, el primer paso es reconocerlo. Estos consejos no solucionarán tu situación, pero tal vez pueden ayudarte a ganar un poco de paz y estructura en estos tiempos inciertos.
Reconoce el estrés
Primero, reconoce el estrés y la vergüenza. Sí, vergüenza. Al parecer, el dinero y la vergüenza están profundamente conectados y es posible que evitar pensar en o hablar de dinero pueden estar causando un problema mayor que la realidad de tu situación financiera. Lo primero es aceptar y respetarnos por lo que sentimos, tener la mente lista y luego poner en orden las finanzas.
Practica la autocompasión
Ser duro contigo mismo no va a resolver la situación. Hay investigación que demuestra que la autocompasión es un factor clave para que las personas se motiven a través del dolor, el fracaso y los sentimientos de insuficiencia. Así que antes de sentarte a hacer cuentas, practica momentos de cuidado de ti mismo como tu tiempo de meditación, respetar tus tiempos de trabajo, comer bien, mantenerte en calma.
Empieza por lo que te parezca más fácil
Si te da pánico abrir el estado de cuenta, no lo hagas aún. Puedes empezar por lo más básico, como ver cuánto ganas. Ya sea con lápiz y papel, algún tipo de software de finanzas personales, un excel o una aplicación, simplifica tu presupuesto. Anota cuánto recibes de pago y tus responsabilidades mensuales y deudas. A partir de ahí, toma pequeños pasos y toma un descanso cuando lo necesites.
Haz limpieza de tus gastos
Así como limpiaste minuciosamente tu clóset y la cocina, es momento de depurar tu presupuesto de gastos y ganar paz mental. Sólo tú sabes lo que importa y tiene valor para ti (y qué no). Pregúntate: qué compras son esenciales, identifica los “gastos invisibles”, algún “lujo” que podrías dejar por unos meses, o ¿puedes cancelar alguna suscripción que no usas tanto? Piensa en lo que también ayudará a tu salud mental a largo plazo.
Practica la gratitud
Sí, cursi, pero muy poderosa. Primero, nota la abundancia que ya te rodea y las cosas que tienes cubiertas. Después, agradece tus deudas. Agradece la deuda que te dio la oportunidad de obtener una educación, comprar una casa o iniciar un negocio. El objetivo es concentrarse en lo que el dinero te ha dado, más que en lo que pesa ahora. Poco a poco irás generando una mejor relación con el dinero.
Identifica cuándo necesitas ayuda profesional
Como ya dijimos, lo primero es notar al elefante en la sala. Una vez logrado eso, pregúntate si quieres hacer esto solo o tal vez te daría más paz asesorarte de alguien más. Existen programas como este donde te ayudan a reparar tu deuda y te asesoran para crear un ahorro. Otra opción es buscar apoyo en amigos o psicólogos profesionales para el manejo de ansiedades y frustración. No tienes por qué hacer esto solo si no quieres.
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