Bienvenidos a la intención del mes. En esta nueva nota que publicaremos cada mes queremos invitarte a compartir la intención del mes. Esta intención es el trabajo personal que queremos disponernos a hacer cada día de este mes para practicarlo y poco a poco poder ser más amables, tolerantes y felices en la vida sin importar lo que pase afuera. Este mes, nos ponemos como intención la compasión.
Ser más compasivos es el inicio para ser más amorosos y vivir mejor en sociedad y con nosotros mismos. Al tener compasión por otros, tendremos compasión por nosotros y dejaremos de ser tan duros y juzgar. Poco a poco, con esta práctica, podremos sensibilizarnos y disfrutar más de las cosas bonitas y no ciclarnos en lo malo. Te contamos más.
La mayoría de nosotros valoramos la compasión y estamos de acuerdo en que es importante tanto en nuestra propia vida como en la sociedad en general. Definitivamente, también forma parte de nuestra experiencia diaria de ser humanos. Amamos y cuidamos a nuestros hijos, mascotas, etc; cuando nos enfrentamos a alguien que sufre, sentimos instintivamente por esa persona. Cuando alguien se acerca a nosotros en un momento de angustia, nos sentimos conmovidos.
Posiblemente todos podemos estar de acuerdo en que la compasión tiene algo que ver con lo que significa llevar una buena vida. En la compasión es donde se unen las enseñanzas éticas de todas las tradiciones principales, religiosas y humanistas. En términos generales, es un sentido de preocupación que surge cuando nos enfrentamos al sufrimiento de otra persona y nos sentimos motivados para ver ese sufrimiento aliviado. La palabra compasión, de su raíz latina, significa literalmente “sufrir con”.
La compasión ofrece la posibilidad de responder al sufrimiento con comprensión, paciencia y bondad en lugar de, digamos, miedo y repulsión. Nos permite abrirnos a la realidad del sufrimiento y buscar su alivio. La compasión es lo que conecta el sentimiento de empatía con los actos de bondad, generosidad y otras expresiones de nuestras tendencias altruistas naturales que viven en nosotros. Cuando la compasión surge en nosotros ante la necesidad o el sufrimiento, ocurren tres cosas casi instantáneamente: percibimos el sufrimiento o la necesidad del otro, nos conectamos emocionalmente con esa necesidad o sufrimiento, y respondemos instintivamente deseando ver aliviada esa situación.
La compasión puede llevar a la acción. Esa disposición a ayudar o querer hacer algo nosotros mismos sobre la situación de otra persona. Tanto así, que ahora los científicos están comenzando a mapear la base neurobiológica de la compasión y explorar sus profundas raíces evolutivas.
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