Ha habido muchos cambios abruptos este año. Tantos, que puede ser muy estresante o hasta aterrador en cierta forma, no podemos saber nada con certeza. Parece que cuando al fin nos acostumbramos a algo, las cosas cambian de nuevo. Es una circunstancia complicada y no siempre es fácil de sobrellevar. Trabajamos tanto para conseguir un poco de estabilidad, que cuando llegan los cambios no siempre es fácil.
Si tú, como nosotros, estás cansado de adaptarte y estar en constante cambio de planes, estás en el lugar correcto. Aunque no podemos hacer nada para controlar lo que pasa allá afuera, sí podemos manejar cómo reaccionamos y tomamos los cambios inevitables de la vida. Eso sí, recordemos que el cambio es la única verdad en nuestra existencia y que por más que lo evitemos, siempre llegará.
Afortunadamente, hay formas en que puedes lidiar mejor con el cambio y de acuerdo con Harvard Business Review, incluso sacar ventaja de él.
Siente, pero resuelve
Hay investigación que muestra que la transmisión activa y repetida de emociones negativas dificulta nuestros procesos naturales de adaptación. Eso no quiere decir que tenemos que “aguantar” o ignorar los problemas. Mejor, expresa tu ansiedad o enojo al comienzo de un cambio desorientador y luego busca consejos prácticos sobre qué hacer. Así te concentrarás en los problemas que puedes resolver, en lugar de lamentar los que no puedes.
Escribe las cosas buenas de cada cambio
Cada vez que cambie algo, pueden venir cosas que mejoran tu vida y no tenías idea. Escribe los aspectos positivos que se derivan de este cambio. Tal vez debido a este cambio conoces gente nueva, empezaste a practicar hábitos más saludables, te volviste más asertivo.Tal vez el cambio te ayudó a priorizar lo que es más importante en tu vida. El cambio nos brinda la oportunidad de crecer y es importante reconocer cómo las cosas han mejorado como resultado. Al tener este registro y conocimiento, será más fácil recibir un cambio en el futuro.
No te estreses por estresarte
Si el cambio de planes te sacó mucho de tu balance, es normal que te pongas mal (triste, enojado, ansioso). Eso es un estrés. Pero date permiso. Es posible que te sientas un poco fuera de control y se te permite hacer menos de lo humanamente posible. Nada dice que tengas que funcionar al 100% todo el tiempo. La gente comete errores, es una de las mejores cosas de ser humano es aprender de los errores. Piénsalo así: no hay errores, solo buenas anécdotas para después. Proponte a incorporar más risas y diversión a tu vida. Eso nos lleva al siguiente punto.
Encuentra el humor
Tratar de encontrar un momento simpático durante una situación que no es, puede ser una manera de crear la ligereza necesaria para ver un problema desde una nueva perspectiva. También puede ayudar a otros a sentirse mejor y mejorar la interacción social. Siempre y cuando sea inclusivo y respetuoso. Reír aumenta la dopamina, la serotonina y las endorfinas, y eso te hace sentir bien y dar claridad para resolver lo que sea necesario. Reír también disminuye el cortisol, una hormona que produce estrés.
Enfócate en tus valores y no tus miedos
Sí, un cambio siempre puede hacernos dudar y sentir inseguros, pues nos empuja a salir de donde estamos cómodos y en control con la gente que nos hace sentir así. Recordarnos lo que es importante para nosotros (familia, amigos, convicciones, logros científicos, buena música, expresión creativa, etc.) puede crear un amortiguador muy poderoso contra cualquier problema. Ponerse a reflexionar sobre un valor personal nos ayuda a superar la amenaza inmediata y nos hace darnos cuenta de que nuestra identidad personal no puede verse comprometida por una situación externa.
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