Cocinar y compartir tus propios alimentos es una forma excelente de expresar tu cariño, además podrías hacer nuevos amigos (aunque eso no es opción ahorita por el aislamiento en el que estamos a causa de la pandemia por el coronavirus). Probablemente ya has entrado a tu cocina y preparado un par de pastas o incluso un buen corte de carne, pero ¿alguna vez has horneado un pan?
No te dejes intimidar por la idea de hornear un pan, con la receta correcta hacerlo será más fácil de lo que piensas. A continuación compartiremos contigo, una receta simple como para que incluso los principiantes puedan sentirse panaderos por un día.
No necesitarás más que un horno caliente, así que es hora de sacar todos esos trastes que guardas ahí. En menos de lo que crees, estarás disfrutando de pan fresco y calientito, perfecto para la cena.
Pan Blanco
Ingredientes:
– 1 taza de leche
– 2 cucharadas de mantequilla
– 1 ½ taza de agua (tibia, dividida)
– 1 cucharada de levadura
– 2 cucharadas de azúcar
– 1 cucharada de sal
– 6 a 7 tazas de harina de pan sin blanquear (aprox.)
Instrucciones:
Para preparar la masa:
1. Reúne todos los ingredientes. Calienta 1 taza de leche y 2 cucharadas de mantequilla en una cacerola pequeña a fuego medio. Retira del fuego cuando la mantequilla se derrita y deja enfriar.
2. Vierte ½ taza de agua tibia en un tazón pequeño. Agrega lentamente la levadura en el recipiente mientras revuelves. (La agitación constante al agregar la levadura evitará que se aglomere.)
3. Coloca el tazón de agua con levadura a un lado durante unos 5 minutos mientras trabajas en los próximos dos pasos.
4. En un tazón grande, agrega el azúcar, la sal y la taza restante de agua tibia. Mezcla bien.
5. Revisa la cacerola de leche y mantequilla. Si el contenido está tibio al tacto, vierte el líquido en el recipiente grande y mezcla.
6. Vierte la levadura con agua en el tazón grande. Es importante que la masa esté tibia, no hirviendo. (Si lo calientas de más, evitarás que el pan suba.)
7. Comienza a mezclar la harina sin blanquear, una taza a la vez. Para la quinta taza de harina, la masa comenzará a endurecerse y será difícil mezclarla con una cuchara de madera.
Para amasar la masa y esperar a que suba:
8. Voltea la masa sobre una tabla ligeramente enharinada y comienza a amasarla.
9. Continúa agregando más harina, un par de cucharadas a la vez, y amasa la harina hasta que esté suave y ya no esté pegajosa. La cantidad de harina que uses dependerá de muchos factores, incluida la temperatura, la humedad y la altitud de tu hogar. Es probable que no uses las 6 o 7 tazas.
10. Engrasa un tazón grande con mantequilla, manteca o aceite (el tazón debe ser de 2 a 3 veces el tamaño de la masa). Coloca la masa de pan en el tazón y luego dale la vuelta para que la parte superior de la masa también se engrase.
11. Cubre el tazón con una toalla de cocina limpia y deja que la masa se eleve a temperatura ambiente hasta que haya duplicado su tamaño, aproximadamente 1 hora.
Para amasar y dar forma a los panes:
12. Golpea la masa. Colócala sobre una tabla enharinada y amasa todas las burbujas durante unos 5 minutos.
13. Divide la masa por la mitad y forma un pan con cada una, enrollando la masa en un rectángulo. Vuelve a enrollar la masa como si fuera un rollo de gelatina.
14. Pellizca la costura cerrada y mete los bordes debajo del pan.
Para hornear el pan:
15. Precaliente el horno a 80º C.
16. Engrasa dos moldes para pan. Espolvorea una capa ligera de harina de maíz en los moldes de pan, si lo deseas.
17. Coloca los panes en los moldes. Cubre con una toalla de cocina y permite que la masa suba hasta que haya duplicado su tamaño (aproximadamente 30 minutos).
18. Hornea durante unos 45 minutos o hasta que la corteza esté dorada.
19. Retira el pan del horno y ponlo sobre una rejilla o una toalla de cocina limpia.
20. Deja que el pan se enfríe antes de cortarlo. ¡Sirve y disfruta!
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