Una taza de té puede tener beneficios para la salud más allá de los de los ingredientes de la infusión. Tomarse el tiempo para hervir el agua, inhalar los aromas que surgen de las hojas empapadas y sentir el calor de la taza en las manos antes de tomar el primer sorbo ayuda a disminuir la velocidad, permanecer presente y apreciar todas las formas en que los sentidos pueden participar. Un ritual de té es perfecto para practicar mindfulness.
El ritual de té convierte algo pequeño y cotidiano en una forma de comunión contigo mismo. Si se hace sin pensarlo, tomarse un té es solo servir agua caliente en una taza con hojas. Pero si se hace con intención, la reflexión y la atención plena se pueden lograr al crear el entorno y la experiencia correctos de un ritual de té. Es una simple y disfrutable manera de calmar un poco el ruido de la vida.
Si te sientes abrumado, atormentado por tantas cosas en tu mente y exigencias externas, la solución puede estar en hacer una taza de té. En oriente es una práctica milenaria y muy común para tomar pausas a lo largo del día. Tomarse unos minutos, entrar en un “modo zen” en el que por los siguientes minutos te enfocarás ÚNICAMENTE en la preparación e insumo de tu té te dará mucha perspectiva y paz en medio de una mañana o tarde apresurada.
Hacer tiempo para un ritual de té te ayuda a establecer tu nivel de atención y cambiar tu conciencia durante el día. El tiempo dedicado al té te da espacio para conectarte conscientemente contigo mismo y con tu entorno. Te ayuda a liberar la tensión y las emociones reprimidas. Al hacerlo, piensa en los pasos y dale intención a cada paso. Por ejemplo, piensa en la tetera hirviendo tus frustraciones, en beber el regalo de la naturaleza que es la abundancia del agua, piensa en tu conexión con las personas que cultivaron y cosecharon el té, siente como te relajas y dejas ir de cosas mínimas que estaban robando tu paz. Más importante, ve qué fácil es recuperar tu paz y poder.
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