Durante la década pasada J Balvin navegó entre el sonido de Medellín y saltó a la fama internacional. Desde los barrios de Colombia, el cantante abrazó el reggeaton (antes era fan del metal) y el hip hop lanzando discos que poco a poco entraron en las listas de éxitos.
Para 2018, con la publicación de Vibras, demostró que podía lanzar un disco completamente en español que fuera un fenómeno a nivel mundial. Ese disco fue todo un statement de la música urbana, latina y colombiana. Un año después, junto a Bad Bunny publicó Oasis y ahora regresa con lo que ya parece una tradición anual, su nuevo disco, Colores.
José Álvaro Osorio Balvín genera expectativa con cada disco que publica, sin embargo no es alguien que se aleje de la música (parece que aparece en una colaboración nueva cada semana). Colores llegó inesperadamente, después de los dos discos anteriores, pocos esperaban algo nuevo del artista tan rápido, pero desde que publicó Blanco, supimos que estaba trabajando en un nuevo disco y que esta vez pretendía ser algo conceptual.
El concepto no se adentró demasiado en la música, sino en la imagen. Las canciones tienen nombres de colores, pero en la mayoría de los tracks no son relevantes e incluso si aparece el nombre se siente un poco forzado. Es en los videos que ha publicado donde el concepto toma fuerza. Con la dirección de arte de Takashi Murakami, los videos tienen narrativas propias, pero viven en el mismo universo surreal y explosivo que el cantante y el artista visual han creado.
10 canciones en menos de 30 minutos deja que Balvin arranque cada canción en el punto máximo, es un disco creado para estar siempre hasta arriba y nunca bajar. Azul es uno de esos tracks para escuchar en la playa durante las tarde, mientras que Morado ya se posicionó en los antros como la canción de moda.
En Arcoíris canta a dueto con Mr. Eazi, una de las pocas colaboraciones del disco, misma que le da un sentido completamente distinto al de las otras canciones. Sin embargo, así como sucedió con Bad Bunny después de Oasis, este disco parece algo creado para divertirse, en cuanto a calidad, no se trata del sucesor de Vibras, sino un álbum mucho más enfocado en hacer bailar a todos en la pista.
J Balvin demostró que podía hacer un disco con matices y cuya producción no tiene nada que pedirle a los músicos de Estados Unidos o Inglaterra, pero en Colores parece haberse olvidado de eso y regresar a una época más cercana a la de Energía.
Colores no es la obra maestra de J Balvin, parece un disco con tres hits que después se llenó de lados b que el artista necesitaba publicar. Sin embargo, el lanzamiento del disco en medio de la pandemia del coronavirus sí es un acierto.
Lleno de color, energía y alegría, Balvin buscó darle a la gente motivos para bailar (aunque sea en la sala de su casa) y olvidarse de todo lo que pasó, y por eso es que el disco será recordado como uno de los grandes regalos en medio de la adversidad.