El Instituto Salk de Estudios Biológicos en California está desarrollando una planta que puede almacenar el exceso de dióxido de carbono en sus raíces, algo que puede ser una gran herramienta para frenar los efectos del cambio climático.
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La Harnessing Plants Initiative busca a crear plantas con la capacidad de retener una mayor cantidad de carbono en la tierra una vez que se descomponen, en lugar de devolverlo al aire. A este proceso se le llama “secuestro de carbono”.
Lo que hacen los científicos es influir en los genes que controlan el tamaño de la raíz de la planta y la producción de una sustancia llamada suberina para crear una planta con un sistema de raíces más robusto. Así, almacenaría carbono en una forma que resiste la descomposición, para un óptimo almacenamiento de carbono en el suelo donde vive.
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La suberina es un polímero de carbono similar al plástico que se encuentra de forma natural. Se encuentra comúnmente en el corcho, las cáscaras de melón y las pieles de papas. Esta regula qué elementos naturales se encuentran en las raíces de las plantas.
Según Salk, este acercamiento, basado en plantas, para combatir el cambio climático tiene el potencial de lograr una reducción del 20 al 46 por ciento en el exceso de emisiones de dióxido de carbono producido cada año por la actividad humana.
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Implementado a escala global, esto podría reducir la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera de manera significativa. Esto ayudaría a mejorar la situación de calentamiento global que vivimos ahora y sólo empeora día tras día. Interesante, ¿no?
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