De pronto un día todo dejó de ser como lo conocíamos, y el cambio será en todo, para siempre. El coronavirus dejará un impacto enorme en cómo consumimos, cómo aprendemos, cómo trabajamos y cómo socializamos y nos comunicamos. Y aunque ya han pasado varios meses y nos hemos ido adaptando, la realidad es que nuestras formas de comunicar y socializar se seguirán modificando y nosotros con ellas. ¿Qué representa?
La comunicación es más que palabras. Muchos de nosotros mandamos mensajes, correos electrónicos y hablamos por teléfono a diario, una gran parte de la interacción humana se basa en la observación de indicadores no verbales, como el lenguaje corporal y la expresión facial. Sin ellos, somos incapaces de detectar matices específicos como el sarcasmo, la ira o el humor. Y mientras que algunos bromeamos al respecto, es más posible que no, que nos “atrofiemos” socialmente. Todo depende del nivel de aislamiento de cada persona.
El chiste, de ahora en adelante, ya que nada regresará a ser lo mismo, es crear conexión en nuestras interacciones y propósito en cada reunión. Algunas veces digital y conforme podamos comenzar a vernos, será importante tener en mente el propósito de nuestro encuentro. Somos como tanques de gasolina que nos alimentamos de la energía del otro y ellos de la nuestra. ¿Cómo lograremos esas interacciones ahora? Existen varias teorías pero lo importante a tener en mente siempre es que tú te cuides a ti y busques que la reunión sume algo para todos.
Poner un “tema” para la reunión es una buena idea. Si pones el propósito por anticipado, evitas que la plática caiga en cosas banales o, peor aún, en hablar sobre el COVID y las noticias. Compartir conocimiento o temas personales siempre es una forma fácil y buena para conectar con otros, conocerse mejor y alegrar el alma. Antes no poníamos atención en lo “vacías” que podían llegar a ser las pláticas. Pero ahora que son algo especial, aprovechémoslas.
Al vernos en persona o entrar en cuarentena, es muy importante poner reglas y lineamientos para la convivencia. Esta pandemia nos afectó a todos de maneras diferentes y es posible que existan ansiedades o frustraciones en todo. El respeto de los tiempos, los espacios, los momentos de cada uno es vital. También tomemos en cuenta que han sido tiempos de procesos personales para la mayoría de las personas y que, tal vez no sean “iguales” que antes. Es una oportunidad de volver a conocernos, de cuestionar más cosas y de querer conectar desde ahí.
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