Podría parecer imposible pero por muy difícil de creer se ha comprobado que la toxina botulínica, mejor conocida como «bótox», es un gran aliado para el tratamiento de las migrañas crónicas.
El bótox es aplicado con una pequeña aguja de modo subcutáneo en músculos específicos del rostro. En el tratamiento de la migraña se coloca en la cabeza, frente, sienes y el trapecio, el músculo que va del cuello al hombro. La idea es que se relajen y la migraña pueda disminuir o eliminarse por completo.
Siempre es importante aclarar que debemos ir con un experto para que nos oriente según nuestras necesidades el número de infiltraciones que se pueden hacer en nuestro cuerpo. Generalmente se repiten dentro de los próximos tres a seis meses.
Los resultados se notan desde la primera semana, lo mejor de todo es que no afecta a la movilidad del rostro porque no congela ningún músculo. Ahora, hablemos de la edad. Las migrañas pueden aparecer en cualquier momento pero se recomienda aplicarse el bótox en la pubertad, a partir de los 14 años en casos específicos.
Ahora, aclaremos que no es un tratamiento completo contra las migrañas, sino un apoyo que ayudará a reducirlas de manera significativa dentro de los cuatro a seis meses próximos, dependiendo de la dosis y cómo las acepte el cuerpo del paciente. El médico determinará si se complementa con medicamentos y por cuánto tiempo.
Si sufres de migraña más de 15 días al mes, más del 50% de los días tienes crisis migrañosas y llevas al menos tres meses con este cuadro, eres un fuerte candidato para el tratamiento pero siempre deja la valoración para un médico certificado a quien le puedes señalar esta opción.
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