Armocromía: el secreto para encontrar la paleta de colores que va más con tu casa

La decoración del hogar es todo un universo interesante y divertido, ¿qué colores van más con mis espacios? El chiste es experimentar y jugar pero será mucho más sencillo con una guía como la Armocromía.

¿Qué es la Armocromía?

Es una disciplina que se enfoca en identificar los colores que mejor le quedan a tu hogar. Primero debes identificarlo en una categoría y luego determinar la paleta que resaltará cada uno de los detalles.

Tiene sus orígenes en el diseño de vestuario con la incorporación del cine de color. Se volvieron expertos en determinar los tonos que le quedan mejor a una persona según su color de piel, pelo y ojos. En los años 70 se centraron en agruparlos según las estaciones basándose en la luminosidad, contraste, tono y temperatura.

Poco después los interioristas aplicaron la misma técnica a los espacios para generar una paleta de colores con la que puedes jugar sobre todo en el hogar. Muebles, decoración, tapetes y hasta paredes son los complementos que otorgan armonía a un espacio. Por supuesto que aquí se toma en cuenta el nivel de luz natural que entra, cómo complementarla con luz artificial, cuánto mide, texturas, brillos y diferentes materiales.

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¿Cómo saber con Armocromía los colores que le quedan mejor a mi casa?

La idea siempre es crear un espacio combinado que refleje tranquilidad, alegría y confort. ¿Cómo usar la armocromía en mis espacios? Primero hay que identificar a qué estación pertenece: Primavera, Verano, Otoño o Invierno.

Primavera

Los espacios primavera tienen buena ventilación, grandes entradas de luz natural pero temperatura fría. La paleta de colores es cálida, clara y con contraste bajo. Lo ideal es centrarse en tonos brillantes como anaranjados, amarillos, azul claro, verde manzana y rosas. Evita en la medida de lo posible los colores obscuros.

Lo ideal es que se utilicen máximo tres colores para jugar con ellos por todo el espacio para que se vea divertido, con energía pero elegante y equilibrado por sus tonos brillantes. Evitemos saturar visualmente con más tonos. La recomendación es dejar el fondo claro como las paredes y pisos pero agregar acentos de color con los demás elementos como sillones, alfombras, lámparas, mesas, cuadros y más.

Te quedarán súper bien muchas plantas con macetas coloridas, flores sobre la mesa y los tapetes más atrevidos y coloridos que encuentres.

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Verano

Estos espacios son cálidos con buena entrada de luz natural. Su paleta de colores es fría y clara pero con alto contraste. La recomendación más fuerte son los colores pastel como rosa maquillaje, amarillo nieve, lavanda, verde agua y azul cielo. Si quieres un tono base intenta que sea un gris ceniza.

Olvídate de los colores cálidos como cafés, rojos, dorados, anaranjados y sus variantes. Aquí puedes agregar más de tres colores si lo deseas puesto que la saturación y luminosidad es baja y no cansará la vista tener diferentes tonalidades. Solo intenta que sea homogéneo y equilibrado.

Otoño

Aquí entran los lugares cálidos con un balance entre iluminación natural y artificial. No tienen grandes ventanas ni buena ventilación. Los colores que más le quedan son los cálidos de baja luminosidad y contraste.

Para decorarlo piensa en los colores que puedes encontrar en un bosque. Naranjas, verde pino, marrones, beige, dorados, amarillos, rojos y algunos rosas secos. Olvida los tonos pastel o muy brillantes pues romperán la armonía visual.

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Es muy sencillo conseguir un lugar homogéneo si tu espacio es otoño pues los colores están en el mismo grupo, pero también es complicado destacar algún detalle por su bajo contraste. Trata de evitar la monotonía que es muy fácil caer en ella y dedícale elementos en diferentes tonalidades; por ejemplo, si tienes una sala beige agrégale cojines verdes secos y un tapete marrón con un jarrón de flores anaranjadas sobre la mesa de madera.

Invierno

Estos espacios son fríos con alta luminosidad artificial. Su paleta de colores es obscura, de alta saturación y contraste. Le quedan muy bien los colores como negro, azul, morado, verde esmeralda o gris, así como los muy claros blanco, azul cielo y aperlados.

Intenta poner una base clara en las paredes y pisos para jugar con los muebles y acentos en la decoración. En cuanto a la iluminación, procura que sean blancas para que se identifiquen todas las tonalidades del espacio.

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