Hace 10 años Arcade Fire publicó The Suburbs y pasó de ser una gran banda a la mejor del mundo. La banda favorita de la escena indie se convirtió en un fenómeno mundial (no es que antes no lo fueran), pero con este disco su música llegó a oídos de quienes no están acostumbrados a bandas de seis o más personas, a violines, música experimental y más.
Tal vez llamarlos la mejor banda del mundo es decir mucho, pero en 2010 parece que no había un lugar donde no hablaran de Arcade Fire como la banda que por fin había entendido la música del nuevo siglo. Desde el lanzamiento de Funeral seis años antes habían llegado a demostrar que las guitarras distorcionadas y la actitud rebelde eran cosa del pasado.
Con un estilo soft rock de profundidad en el que las letras importan tanto como la música y donde gracias a la mezcla de otros géneros lograron desprenderse de las etiquetas del momento, su música fue libre de ser creada artesanalmente, pero al llegar a The Suburbs, la banda usó toda la experiencia que tenían y pasó a una simplicidad mucho más comercial.
Esto no implica que el disco sea peor que los anteriores, pero sí mucho más digerible y llamativo sin perder la esencia de lo que Win Butler y compañía habían logrado hasta el momento. Remontándose a la juventud de parte de la banda en Texas (la banda es una mezcla de estadounidenses y canadienses) The Suburbs es una visita a tiempos más simples en los que cada ruptura amorosa parecía el fin del mundo.
Una exploración de su juventud, el camino hacia su adultes e incluso la pretensión de los jóvenes de hoy que cantan Rococo sin saber lo que significa. Los miedos existenciales de la banda se reflejan en divertidas canciones como The Suburbs, Modern Man y City With No Children, dando espacio a reinterpretarlas como uno quiera.
A pesar de toda la profundidad del disco, The Suburbs termina por ser un disco que en su nostalgia parece optimista. A diferencia de los discos anteriores que parecían pesimistas y los que siguieron, donde la banda tomó un camino más eléctrico, aquí la banda parece haber trabajado a profundidad, pero sin presión, y al buscar dentro de su juventud, hicieron un disco tan personal que cualquiera puede identificarse con él.