Estamos en una época en la que nuestros perros tienen tanto amor y cariño como cualquier otra persona. Los cuidamos y nos hacemos responsables de ellos hasta donde nos es posible, por lo que cuando vemos que tienen algo fuera de lo común, nuestro instinto nos dicta lo peor.
A veces no se trata más que de una simple alergia, pero incluso ahí debemos saber qué tipo de alergia es y qué hacer al respecto. Lo mejor siempre es ver a un veterinario o un especialista que pueda ayudarte, por ahora te dejamos con algunas de las alergias más comunes e información proporcionada por Linnet Luna, MVZ de Royal Canin.
Dematitis atópica
Es la alergia más frecuente en el perro. Se trata de una predisposición genética a desarrollar una enfermedad inflamatoria y con comezón en la piel como respuesta exagerada del organismo a una sustancia del ambiente; ya sea inhalado o absorbido. Las causas más comunes son polen de plantas y árboles (suele ser estacional), hongos del ambiente, insectos, entre otras.
Dermatitis alérgica por pulga
Esta aparece como una reacción exagerada del sistema inmune a la saliva de la pulga cuando pica al perro. Por lo que hay una reacción inflamatoria y comezón en la piel.
Alergia alimentaria
Este tipo de alergias suceden cuando nuestra mascota consume algún ingrediente o producto que le provoca una reacción. Los alimentos que comúnmente provocan alergias son: ternera, lácteos, pollo, trigo, soya, huevos, maíz, pescado y arroz.
Dermatitis por contacto
Se da cuando nuestro perro o gato entra en contacto directo con algún agente externo a través de la piel y provoca una reacción. Los más comunes son: el pasto, la humedad, collares antipulgas, champús, fertilizantes, fibras textiles, alfombras, insecticidas y compuestos químicos de artículos de limpieza.
Algunos de los síntomas que pueden aparecer en tu mascota y que pueden sugerirte que tiene una reacción alérgica son:
Irritación de la piel: Se genera enrojecimiento en la piel y puede ocasionar heridas debido al picor constante e intenso por un rascado frecuente y excesivo.
Salpullido: Se generan granitos o erupciones en la piel de las mascotas, el rascado constante y la irritación pueden convertirse en heridas que podrían infectarse incluso en un grado severo.
Rascado frecuente de las orejas: Esto se debe a que las orejas guardan mucha humedad y en ocasiones provocan hongos que a su vez causan mal olor, cera y costras que provocan comezón, ardor y malestar general. Es muy importante ir al veterinario ya que este tipo de infecciones (otitis) pueden afectar el equilibrio de la mascota y el canal auditivo.
Debe estar conectado para enviar un comentario.