Desde que somos pequeños nos enseñan que para dormir mejor no existe mejor remedio que abrazar a un oso de peluche, mientras nos leían un cuento para conciliar el sueño lo más rápido posible. Es una realidad que al pasar de los años, vamos dejando de lado todo eso que nos hacía felices ya sea para evitar burlas o porque nuestros intereses van cambiando y ése oso de peluche que nos hacía felices, queda en algún lugar guardado para siempre.
Si volvemos a esos viejos recuerdos de cuando fuimos niños o logras verte reflejado con tus sobrinos, seguramente puedes ver como dormir abrazando un oso de peluche hace toda la diferencia, ya que cuando somos pequeños sentimos esa necesidad de estar acompañados todo el tiempo y para darnos seguridad y no sentirnos solos mientras dormíamos, cumple esa función ese pequeño osito que nos acompañaba.
Seguro algún familiar o amigo te ha regalado algún peluche al paso del tiempo, ese osito que solo queda como adorno a un lado de tu cama. Sin saber que puede cumplir una función mucho más importante en tu vida, por eso te compartimos sus beneficios para que ese niño interior que llevas dentro se sienta orgulloso y vuelvas a lo más básico acompañado de tu oso. ¡Aquí no importa si eres chico o grande!
Nos reconforta
Todos los seres humanos tenemos un pequeño instinto animal que dependiendo las circunstancias, se ve expuesto o no tanto en nuestras elecciones de vida. Al abrazar un oso de peluche, lo que hacemos es asociar a nuestro cerebro con algún estímulo de bienestar o placer. Al estar heridos o tristes, sentimos la necesidad de tener contacto táctil con alguien para lograr liberar esos neurotransmisores que nos hacen sentir un apoyo emocional en esos días complicados.
Nos da paz
Regalar un osito de peluche siempre es una buena opción cuando se trata de demostrar afecto a una persona. Hay de muchos colores, formas y tamaños dependiendo el que busques. Regalarlo hace que lo asocie contigo y pese a la distancia que enfrenten siempre te tenga en sus pensamientos dandole estabilidad y paz emocional. Por eso, cuando las parejas terminan, prefieren ya no tener ese peluche a su lado pues en días felices es un gran recuerdo y genera pensamientos positivos, pero cuando ya no cumple con esa función, solo deja un constante recordatorio de que ya no está esa persona.
Nos hace personas seguras
Si eres de esas personas que dormían abrazados a su pequeño oso de peluche, seguramente fuiste creando fuerza interior, confort o seguridad. Esto se debe a que de pequeños buscamos estar en contacto con nuestros padres en todo momento pero no siempre es posible, ahí es cuando nuestro osito de peluche se convierte en ese mejor amigo que nos cuida y protege. Parece algo muy sencillo pero va creando resiliencia en nosotros al paso del tiempo. ¡Seas chico o grande, tener un oso de peluche siempre será opción!
Recuerda que al estar en contacto contigo al abrazarlo, debes mantener a tu oso limpio y lavarlo frecuentemente para evitar que alguna bacteria te contamine pues el mismo sudor corporal, polvo o cualquier factor externo puede jugar en contra. Ama y ten con orgullo a tu osito de peluche que el siempre te hará compañía en esos días en los que solo necesites llorar y un abrazo.
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