Hablar de un masaje implica enumerar múltiples beneficios: aliviar dolores musculares, eliminar toxinas, favorecer la buena circulación sanguínea y hasta reducir el estrés mediante la producción de endorfinas. Por todo esto, debería ser una práctica común en nuestro cuidado personal, sobre todo porque existen múltiples terapias que se adaptan a las necesidades de cada persona. Pero antes de que decidas hacer tu próxima cita para consentirte, te decimos cuáles son los masajes más comunes que encontrarás en un spa, para diferenciarlos, entenderlos y sobre todo elegirlos de forma correcta.
6 tipos de masajes y cuándo elegirlos
Terapéutico
Prácticamente es el más básico, y como su nombre lo indica, servirá de terapia para tus músculos, sobre todo en casos en los que haya tejidos dañados. Aquí se aplican movimientos suaves que van desde fricciones, golpes ligeros y el clásico amasamiento. Es ideal si si tienes algún tipo de dolencia muscular o estás en un proceso de recuperación física.
Sueco
Es un tipo de masaje relajante, así que el propósito central estará en que liberes endorfinas, actives la circulación y tengas un momento para ti. Utiliza movimientos largos y circulares para activar la circulación, relajar el músculo y descansar. Es una opción si quieres un clásico apapacho, tal vez para descansar, dormir mejor o reducir la ansiedad.
Deep tissue
También llamado de tejido profundo, va más allá del simple contacto ligero y suave. La idea de este tipo de masaje es llegar a los más profundo del músculo mediante el antebrazo y los codos. Pruébalo si tienes algún malestar muscular crónico o si la presión de un masaje sueco te parece insuficiente.
Tailandés
Prácticamente es la versión opuesta del sueco, pues se hacen estiramientos intensos, principalmente para mejorar las articulaciones. De hecho, los especialistas no lo recomiendan para relajarte, porque es un buen mecanismo para activarte. Se le suele conocer como masaje de yoga, pues el terapeuta manipula el cuerpo como si estuviera practicando esta disciplina. Pruébalo si quieres una experiencia más dinámica.
Shiatsu
Arraigado a la medicina china, va más allá de la terapia física y se centra en la energía de la persona. De hecho, busca desbloquear los puntos que evitan que dicha energía fluya de forma adecuada. El masajista emplea codos, rodillas y a veces hasta los pies (puede hacerse en el piso). Es una excelente opción holística, aunque no lo elijas si no quieres enfrentar dolores.
Piedras calientes
Es un masaje sumamente tranquilizador por el contacto con el calor para relajar los músculos y lograr descontracturar. Para su técnica se usan piedras calientes por lo general de origen volcánico (a una temperatura óptima) para relajar las áreas tensas. Y se agrega el componente energético, pues la colocación de dichas piedras se hace en puntos estratégicos también para liberar energía. Es una buena opción para liberar estrés y te agrada la idea del calor.
Debe estar conectado para enviar un comentario.