Hablar de un buen vino es tomar como referencia a Casa Pedro Domecq, una de las casas con mas tradición y presencia en México que han logrado enamorarnos con su visión tan única al hablar de una de las bebidas favoritas en el mundo. Ahora con su celebración por sus 50 años, han tirado la casa por la ventana de una forma muy especial y aquí tenemos los detalles.
Si hablamos de sus raíces, tenemos que tomar en cuenta que Casa Pedro Domecq se estableció en él Valle de Guadalupe, en Baja California, a principios de los años 70, y ha sido líder durante muchos años del mercado del vino y el brandy en nuestro país. Logrando que cada vez más personas se animen a apostar por un buen vino mexicano.
Actualmente Casa Pedro Domecq se ha expandido mucho al comercializarse con spirits y vinos de calidad con un profundo arraigo mexicano. Hasta convertirse en una de las distribuidoras más reconocidas a nivel mundial. Así mismo mostrando que su historia al paso de los 50 años no ha sido en vano. Al contrario, ha creado historias y conectado con muchas personas para seguir inspirando muchos años más.
No por nada hace 50 años en el Valle de Guadalupe, su clima y el corazón de su gente, Bodegas Domecq cambió el vino. Para recordar el camino recorrido durante ese medio siglo, vivimos una experiencia especial en la que se realizó una cata vertical con tres añadas significativas en la historia de la bodega. Todo guiados de la mano del primer enólogo de Bodegas Domecq, Camilo Magoni, y el actual Wine Maker, Alberto Verdeja.
Celebrando a lo grande con la uva elegida que fue un Cabernet Sauvignon, presentadas por nuestros expertos con una breve explicación: “Para mí es un lujo el poderles presentar las joyas que he tenido la fortuna de resguardar en la bodega. Desde mi llegada hace 23 años fui encontrando algunas botellas que salían de circulación y empecé a guardar las más interesantes a mi gusto. Es entender cómo sucedieron y a dónde nos queremos proyectar” mencionó el Wine Maker, Alberto Verdeja.
Cabernet Sauvignon Cosecha 1992
Para esta etiqueta, se tuvo una vinificación clásica, con maceraciones pre y post fermentativas, el punto idóneo para cosechar fue elegido por Magoni. Se buscaba privilegiar la uva por encima de los aromas externos, como el de las barricas. Además de ver cómo la evolución del vino está muy presente en un color teja muy marcado, existe limpidez, pero si vemos la botella encontramos sedimentos. Cosa que hace que se pueda apreciar algo muy diferente al catar el vino.
Cabernet Sauvignon Cosecha 1993
La cantidad y calidad del agua del año 1993 fueron muy relevantes para esta etiqueta. Hubo mucha lluvia y se tomaron buenas decisiones para volverlo un vino sano, fácil de tomar. Esta añada tiene en su sedimentación más marcada, pero no es invasiva. El color es un rojo más intenso; de aroma más complejo, de tanino sedoso y sensación terrosa, orientada hacia el viñedo. Tiene la presencia mineral, pero con mucha integración.
Cabernet Sauvignon Cosecha 1995
Aunque no eran comunes los concursos y las medallas, esta etiqueta ya había ganado un par de plata y oro a la fecha de su lanzamiento. Tiene mayor concentración, con fruta más expresiva. El sedimento es más marcado, con notas de pimiento asado y balsámicos. En boca ofrece un tanino redondo, con permanencia y durabilidad.
Sin duda una forma de regalar algo ÚNICO que ha formado parte de la marca para celebrar estos 50 años. Las tres añadas funcionan en conjunto y por separado, haciendo un balance entre las tres se puede comprender mucho de los procesos de esa década, desde los que eran más pesados hasta ese vino que no podrás olvidar. Por lo que para este aniversario de bodegas Domecq, se podrá comprar en su sitio web algunas piezas limitadas de estos vinos para que puedan comprobar su sabor aunque para saber los detalles tendrás que estar muy pendiente ya que al ser piezas de años muy precisos, son muy pocas las piezas que se lanzarán. Para mayor información da clic aquí.