Zimo, el nuevo restaurante de pastas y viniles en CDMX

Pasta fresca, vino, cocteles y vinilos…¿qué mejor plan?

Zimo, ubicado en Saltillo 42, es un nuevo wine bar donde la pasta fresca, el vino y la música, se entrelazan para dar vida a un espacio con una atmósfera única. Ya sea que te sientes al frente del local con vista a su taller de pasta o al fondo del mismo con vistas a la consola de viniles, el ambiente y la comida son la combinación perfecta para pasar un gran rato. Los detalles son sutiles y están pensados para ofrecer una experiencia completa. El aroma de la elaboración de pastas hechas al momento, la selección de vinos italianos de pequeños productores y la ambientación musical que cambia cada fin de semana con invitados especializados en diferentes géneros, harán que quieras regresar una y otra vez. 

En un medio donde no esperamos menos de la frescura y la temporalidad de sus ingredientes y que ya es un requerimiento esencial, Zimo cumple cabalmente con su menú, diseñado para cambiar constantemente y destacar lo mejor de cada temporada.

Por qué nos encantó comer en Zimo

Las pastas largas y los ravioles son preparados todos los días en su taller especializado y es algo increíble ver la preparación de las mismas. Aquí, la técnica y la calidad de los ingredientes son los protagonistas. Cada mes, un menú especial de cuatro platillos nuevos se suma a la carta, acompañado de un gelatto de temporada, elaborado de manera artesanal con ingredientes 100% naturales. Además, el menú de coctelería se inspira en los grandes clásicos, siempre con un toque de la casa. Por eso para empezar te recomiendo pedir un Hugo, fresco y ejecutado de manera perfecta.

Sí, puedo decir que soy amante de la pasta, y por eso valía la pena venir a conocer este nuevo restaurante que será el nuevo Hotspot de la zona. En esta ocasión decidimos probar los clásicos y poner a prueba las recetas tradicionales. Una Caprese con burrata que realmente destacó por su sabor y frescura y un tartar de atún con un toque de la casa muy especial que verdaderamente hace resaltar los sabores del platillo.

En realidad tendríamos que haber elegido una pasta y un plato fuerte (porque balance), pero el propósito por el cual estábamos ahí eran las pastas, así que dejamos pendientes los platos principales y optamos por probar el Tagliatelle al ragú de ossobuco y el Fetuccinne con camarones. Ambas pastas impecables, frescas, cocinadas en su punto. Aunque el ragú de ossobuco se llevó nuestro corazón, el bisque con el que se acompañan los camarones nos pareció realmente muy bueno pero el sabor es fuerte y un poco dominante por lo que no es para todo el mundo. Si eres amante del seafood, es sin duda un must, pero si lo tuyo es más la carne, no puedes dejar de pedir el Tagliatelle. Aunque si lo que deseas es deleitarte con la pasta, la opción ideal es el Tagliolini al burro.

En cuanto a los platos principales, les debemos la reseña y nos quedamos con ganas de probar su filete, la hamburguesa Toscana y la Cotoletta di Manzo. Sin duda, los orígenes italianos y de la infancia del chef Fabio Bruno son la base de la cocina de Zimo. Aunando a esto su trayectoria en importantes restaurantes de renombre como la Osteria Francescana, L’Arpège, Les Ambassadeurs del Hotel Crillon de París  y El Celler de Can Roca, Quintonil no podíamos más que esperar grandes cosas. En Zimo, Fabio muestra su cocina italiana clásica con un toque minimalista, con sencillez, centrándose en la calidad y la técnica del producto para ofrecer una experiencia gastronómica sencilla pero elevada.

¿Postre? nunca puede faltar en una cena, la textura de pistache vale 100% la pena.

Pero no nos olvidemos de la otra parte de la ecuación, vinos y vinilos…La carta de vinos de Zimo se compone exclusivamente de etiquetas italianas provenientes de pequeños productores, lo que garantiza una selección dinámica y en constante evolución. Esto permite que cada visita a Zimo sea distinta a la anterior, con nuevos descubrimientos enológicos. Cada fin de semana cuentan con la presencia de invitados especiales a cargo de la música y exploran diferentes géneros, creando atmósferas diversas según el día. Además, si como yo son fans de los Spritz, los jueves están dedicados a una carta especial, ofreciendo una selección curada de este icónico aperitivo italiano. Una razón más para ser cliente frecuente de este pequeño, divertido y nuevo rincón en la Condesa con comida deli que debe ser un must en tu lista.