Cuando te alejas del bullicio de la ciudad y empiezas a ver las áreas naturales que lo rodean, sabes que estás llegando a una zona en la que te vas a sorprender en cada rincón que descubras. Zadún, es uno de esos espacios en México que parecen sacados de un libro y puedes poner tus pies ahí.
Ubicado rumbo al la costa Este de la Península de Baja California, la reserva donde se ubica tiene esos detalles que hacen muy peculiar la zona de Los Cabos, las selvas secas dominan el terreno pero son matizadas con los azules del mar que permiten contar historias que pocos pueden presumir.
En busca del “Pejesapo” en el acuario del mundo, el Mar de Cortés
Jacques Cousteau bautizó el Mar de Cortés como el acuario del mundo por la variedad de flora y fauna marina que habita en él. A veces, los misterios y las leyendas provienen de los océanos más profundos, donde habitan animales fascinantes y monstruosos que forman parte del rico entorno profundo. Según una de estas historias, en San José del Cabo, los pescadores suelen contar las leyendas del “pejesapo”. Muchos dicen que es una criatura muy agresiva porque nada debajo de los barcos y aprovecha cada oportunidad para volcarlos. Como nadie ha podido atrapar uno, hasta el día de hoy sigue siendo una criatura poco conocida. La leyenda dice que el pescador que logra capturar un “pejesapo” y se apiada del pez y lo devuelve al mar, se le concederá un regalo de cualquier cosa que desee en su corazón.
En busca del tesoro en las dunas
Otra de las leyendas que llaman la atención, es sobre la búsqueda de un tesoro en las dunas bajacalifornianas. Se dice que el mar frente a la costa es la ubicación de un tesoro que se perdió alrededor del año 1500, debido al aumento del comercio entre Asia y las Nuevas Américas. Los saqueos y las persecuciones piratas por estas aguas fueron abundantes, tesoros en forma de joyas, especias y recetas preciosas. Se perdieron en tumultuosos naufragios y algunos nunca fueron encontrados. Si bien no es un verdadero tesoro de joyas, Zadún ahora es la X, que marca el lugar donde nuestros Coleccionistas de Experiencias podrás encontrar el verdadero tesoro de un paraíso único y verdaderas conexiones humanas.
Los cactus cochimíes de la región
Las leyendas cuentan que en tiempos de la conquista española, en las tierras situadas entre San José y La Paz vivían los Cochimíes, pueblo indígena originario de Baja California. Ellos fueron apostados aquí para vigilar y proteger el Imperio. Los guerreros estaban en lugares estratégicos clave cerca de los campamentos de los conquistadores y esperaban listos la orden de un
ataque sorpresa. Mientras esperaban, dicen que la orden nunca llegó, y aún con el paso del tiempo, los cochimíes, se mantuvieron leales en sus puestos hasta que fueron transformados por los dioses en cactus, haciéndolos parte de la tierra. Según las leyendas, hasta el día de hoy, estos estoicos centinelas, están protegiendo la Reserva y puedes encontrarlos en los alrededores de Zadún.
Itzamna, el Dios de la sabiduría
En la antigua cultura mexicana los centros de sabiduría y vida espiritual estaban ubicados en las zonas más altas según los puntos cardinales. Estas estructuras construidas eran únicas y visibles desde el resto de la zona. En una de esas estructuras se adoraba a Itzamná, un dios creador y uno de los dioses de la sabiduría. Itzamná enseñó a los humanos los oficios de la escritura y la medicina. Predicó la necesidad de desarrollar una vida con propósito, conocimiento y garantizar que sigamos siendo uno con la naturaleza y el resto de la sociedad. Zadún está encaramado en lo alto con vistas al océano en un lugar increíble. Al igual que Itzamná, cada detalle y persona que es parte del complejo se aseguran de que transmitan un momento enriquecedor para todos los que llegan a nuestras puertas.
Una historia de la mano del maíz
Se dice que la Madre Tierra robó la semilla de maíz del paraíso donde vivían todos los demás dioses. Estaba enamorada del Dios Sol y decidió crear el Ta-ma (ser humano). Ta-ma prometió mantener la armonía natural y el equilibrio necesario entre los seres humanos y el mundo de los animales, las plantas y toda la naturaleza que nos rodea. Antes de salir a cazar, le pidió permiso al animal para ser capturado. Explicó por qué la gente necesita comida, ropa y todo lo que el animal pueda proporcionarle. Su madre, la Madre Tierra, estaba tan feliz que decidió darle a su hijo Ta-ma otro preciado regalo: la semilla de maíz. Con el tiempo, para honrar a sus padres, Ta-ma creó la tortilla que simboliza los elementos mágicos de su relación: la forma de la tortilla y su característico color amarillo representan el sol y el maíz como fruto de la tierra. Detalles que vas a encontrar en cada uno de los rincones del hotel y que de la mano del maíz tendrás experiencias culinarias inigualables.
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