¿De verdad el alcohol afecta tu peso?

Lo hemos escuchado muchas veces: “No tomes alcohol si quieres adelgazar”. No es ningún secreto que una margarita y unas papas a la francesa te hacen ganar unas calorías más. Pero quizá no tengamos tan claro cómo el alcohol puede arruinar esa famosa dieta que te recomendaron. Hay una actualización en la relación entre alcohol y ganar peso, y saberla te puede hacer muy feliz o muy triste.

Una nueva investigación del profesor en nutrición de Harvard, Eric Rimm, revela que el alcohol no es lo que te hace engordar. Lo que causa que ganes peso después de una noche de drinks es que estas bebidas te hacen romper la dieta. No significa que el alcohol esté libre de calorías y de culpa, pero lo que más afecta a tu cuerpo y lo que más pesa en cuanto a grasa es la comida que consumes mientras tomas.

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Quizás ya estuviste en la misma situación. Es viernes o sábado por la noche, llevas tres tragos y en lugar de pedir una ensalada, te relajas y vas por la hamburguesa con papas fritas. Se acaba la fiesta, tienes hambre y lo único abierto a esa hora son los tacos. Te despiertas la mañana siguiente, te sientes cansado o con un poco de cruda y para desayunar se te antojan unos hot cakes con tocino.

Así que un poco más de gin o de Merlot no es lo que te hace perder la línea. Lo que es terrible para tu dieta es que el alcohol descarrila tu toma de decisiones, olvidas tus objetivos y terminas con comida que no deberías. ¿Pero de verdad es inevitable comer esas papas fritas mientras tomas? Mientras puedas controlarte con la comida, un poco de champagne nunca le hizo daño a nadie. Es un mito que una dieta no funciona si tomas alcohol durante ella, éste no previene que pierdas peso.

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Todo es posible en esta vida, así que puedes disfrutar el fin de semana con una copa y no morir de culpa. También recuerda que hasta en el alcohol hay que saber elegir, no solo por calidad, también por cantidad. Es mejor tomar un whisky en las rocas o un gin tonic, que un vodka con refrescos y jugos llenos de azúcar.