Esta pregunta es inevitable hacerla y, honestamente, a mi me ronda la cabeza constantemente. Se la hago a muchas personas y todos me dicen algo diferente. Al final, es demasiado personal, pero creo que es innegable que este tiempo está teniendo un efecto no esperado en todos nosotros. Estamos “cansados” de estar encerrados y la pregunta constante es: “¿Cuándo terminará esto?” cuando en realidad deberíamos preguntar: “¿Qué estoy dispuesto a hacer para crear un mundo más sostenible para todos los seres vivos?”
Para quienes no se han dado cuenta, la humanidad está, básicamente, recibiendo una regañiza cósmica por su infantilismo y egoísmo respecto a cómo administrarmos el planeta y el cuidado del otro. Nuestras formas de consumo estaban dañando gravemente al planeta, abusamos de los recursos, incluso de nuestras propias capacidades y tiempo. Perdimos los límites. Ahora, estamos en peligro de un virus que tampoco tiene límites. Entendamos una cosa: se ha terminado una era. Y este virus vino a matar a suficientes personas para decirnos: debes cambiar tu vida.
La gran noticia es que tenemos más agencia, coordinación, tecnología y activistas para llevarnos a una nueva y humilde unión en este planeta. Somos capaces de eso, no tienes que estudiar exhaustivamente la historia del hombre en la tierra para saberlo. Como con cada guerra, crisis y/o pandemia, el mundo que resulta no puede parecerse al anterior. Porque esos sistemas fallaron.La raza humana fue golpeada muy fuerte. La raza que, ya tenemos claro, la tierra no extrañaría, se recuperaría en nada de tiempo (geológicamente hablando).
Esta enfermedad nos vino a enseñar muchas cosas, entre ellas, el nivel de interconexión que existe entre TODOS en este planeta pero que preferimos ignorar (pues nos responsabiliza). Es universal. A este virus no le importa la clase social, status, puesto de trabajo o familiares de la víctima. Si algo así no puede enseñarnos algo de solidaridad por encima de los excesos individuales y la corta visión de vivir en una burbuja, nada más lo hará.
Regresando a la pregunta: ¿crees que serás el mismo después de esto? ¿buscarás recuperar tu antigua “normalidad”? No tienes que responder ahora, toma tiempo digerir que lo que conocías se fue para siempre. Y provoca ansiedad no saber lo que sí será. Honestamente, no necesitas saberlo, debes rendirte, pero sí puedes decidir hoy, en este momento, procurar una vida de mayor consciencia. Una vida de elecciones más pensadas, de momentos más presentes y más empatía. Era lo único que nos faltaba.
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