Por Alba Aguilar
Las grandes marcas han llegado hasta donde están gracias a toda la historia que las respalda. El éxito no es logrado de un día para otro. Al contrario, toma décadas. Es por eso que la innovación y reinvención son piezas claves para que la sociedad reconozca, aprecie y se identifique con ellas.
Louis Vuitton es un excelente ejemplo de este caso. Fundada desde 1854, la casa de moda parisina se ha encargado de crear piezas únicas y de la máxima calidad cada temporada. Ya sea por su logo, sus materiales, su intrínseca gama de colores o las formas de sus piezas, cada nueva colección la marca nos regala un bolso que será el key item del momento.
Desde inicios del siglo XX, Louis Vuitton era objeto de colección entre las conocedoras con la bolsa Steamer. Y desde entonces, la marca no ha dejado de sorprendernos. Ahora, podemos conocer todos estos modelos gracias al libro “Louis Vuitton City Bags: A Natural History”.
Una retrospectiva a la gran trayectoria de diseño de la marca, su estética, colaboraciones, editoriales y publicidad que han envuelto éste mágico mundo por tantos años.