¿Qué harías si te dijeran que lo mejor que puedes comer después de un intenso workout no es un licuado de proteína ni una PowerBar… sino que una hamburguesa, con todo y papas a la francesa y un refresco?
Pues al parecer un grupo de científicos de la Universidad de Montana harán realidad el sueño de miles de atletas que desearían poder cambiar sus 450 gramos de proteína asada y plato de verduras verdes por un combo de hamburguesa con sus respectivos complementos.
El joven llamado Michael Cramer, que fue quien estuvo a cargo de este estudio, hizo pruebas con 11 atletas de alto rendimiento para ver qué sucedía con los niveles de glucógeno muscular (lo que usan como gasolina) después de consumir comida rápida. Los resultados reflejaron que los niveles se estaban un poco más altos, y que el desempeño deportivo era el mismo.
En otras palabras, las hamburguesas y las papas les sentaron igual de bien a este grupo de atletas que una pechuga de pollo con verduras. Sin embargo no podemos olvidar que éstos eran atletas de alto rendimiento, no crean que por ir a una clase de yoga ya podrán comer una hamburguesa sin consecuencias.