Por Regina Lázaro
El arte de crear un reloj con un diseño que supere al de la competencia, o incluso a un propio diseño de la campaña pasada, es un reto sumamente ambicioso. Pero Cartier se lo propuso y ha creado una pieza inigualable que une la belleza natural de una flor con la ingeniería.
Es una verdadera explosión de color, pues los pétalos de las flores están pegados sobre una fina pieza de madera que conforman la figura del ave, que igualmente incluye diamantes verde esmeralda y blancos en sus ojos. Por lo que hay que resaltar que hacer eterno lo efímero, lleva tiempo.
Las flores han sido delicadamente escogidas y finamente aplicadas a la base, mientras que el contorno del reloj tiene diamantes que hacen aún más exclusiva esta obra de Cartier que, por un lado inmortaliza la belleza de la naturaleza y por otro, resalta la importancia del tiempo en el día a día.