Por Mary Gaby Hubard
Hoy en día la bicicleta se ha convertido en el medio de transporte predilecto de millones de personas. Es un vehículo que tiene beneficios ecológicos, que ayuda a disminuir el tráfico y que además hace que quien la utiliza se ejercite mientras viaja a su destino.
Es el transporte perfecto para descubrir y encontrar nuevos lugares. Y en una ciudad en Holanda, llamada Nuenen el Studio Roosegarde ha hecho de esta exploración toda una experiencia.
Incrustaron una serie de piedras solares en una de las ciclopistas de la ciudad, con las que crearon una verdadera obra de arte. Estas pequeñas rocas forman los mismos remolinos que la Noche Estrellada de Van Gogh. De día van cambiando de color, y por la noche duran hasta ocho horas iluminadas.
Esta, además de ser una obra pública que ayuda a mejorar la visibilidad y seguridad de los ciclistas, es una especia de homenaje al artista, que vivió en esta ciudad en 1883.
Twitter: @MGHUBARD