Por Mariana Rubio.
El Chief Concierge del hotel St. Regis Arturo Ortiz, nos organiza el plan ideal, para un día de verano en el Ciudad de México, en donde incluye restaurantes, compras, antros, bares y turismo, que nadie puede dejar de hacer durante su visita a la espectacular capital de nuestro país.
Empieza el día….Una gran forma de darle inicio a la jornada matutina es yendo a conocer el centro histórico, el hotel St. Regis cuenta con paseos guiados, por éste, en donde se visitan lugares como el Palacio Nacional, el museo de antropología, mismo que es el cuarto mejor del mundo, y nadie puede dejar de desayunar en El Cardenal durante este paseo. A demás, el tour puede ser en Turibus, o en un vehículo del hotel, mismo que cuenta con más de 20 amenidades, como revistas, toallas húmedas, y todo tipo de comida.
Al medio día…Una vez concluido el paseo por el centro, un gran plan es comer en Polanco, entre los restaurantes must está el Pujol, considerado el 17 mejor del mundo, o Dulce Patria, que reúne lo mejor de la nueva cocina mexicana. Después de la comida, un paseo caminando por polanquito, el parque Lincoln, y sus alrededores es ideal, hay un sin fin de heladerías y cafés perfectas para pasar un rato agradable. Al terminar el postre, Masaryk es el lugar para comprar todo lo mejor, ahí se pueden encontrar desde marcas mexicanas de lujo, hasta las más prestigiadas casas de moda europeas.
Cayendo la noche…Para despedir la tarde, y comenzar la noche, no hay mejor lugar que la espectacular terraza del hotel St. Regis, desde la cual se puede ver el Angel de la Independencia, la Diana cazadora, y el castillo de Chapultepec, todo mientras disfrutan de algunos de los mejores cocteles de la ciudad.
Para empezar la noche…La realidad es que en esta ciudad hay planes para todos, pero para los amantes de la música, sin duda habrán un sin fin de conciertos, durante el verano podrán ir al de artistas nacionales como Juan Gabriel, o al de estrellas internacionales como Ringo Star y Depeche Mode. Ahora que para quienes quieren algo un poco más tranquilo, el teatro es la mejor opción, obras como Mary Poppins y Cats, sin duda encantarán cualquiera, ya que la producción es espectacular, y son en español.
Para cenar…El área de la Roma y la Condesa son una gran opción, el restaurante Rosetta, es perfecto para los amantes de la comida gourmet, su cocina italiana contemporánea, es sin duda una de las más creativas y exquisitas de la ciudad, a demás de estar situado en una casa victoriana. Otro gran lugar es el Omiya, que con una cocina japonesa innovadora, combina ingredientes de todo el mundo, como es el caso sel sushi de Kobe, y los edamames con miguelito.
A bailar… Ninguna noche está completa sin un poco de fiesta, y en esta ciudad eso sobra. Para quienes quieren bailar salsa, el Mojito room es ideal, y a demás de tener buena música, dan clases de baile colectivas en la pista, ahora que si lo que buscan es un bar un poco más tranquilo, el Whiskey bar del hotel W es a dónde ir.
Para quienes buscan una diversión más tradicional, el Tenampa en Garibaldi es perfecto, ya que podrán escuchar mariachis y comer comida mexicana auténtica, ahora que un lugar mucho más seguro y tranquilo pero con el mismo concepto es el bar La Mancha del hotel Sheraton. Y para los jóvenes que quieren salir de antro, la Condesa sin duda es el lugar con todos los antros de moda, aquí encontrarán lugares como el Janis, el Apothheke, o el Lemon, que son sin duda de los mejores lugares de la ciudad.
Para pasar el día…Una gran forma de conocer la ciudad es por el cielo, así que para quienes quieran, un paseo en helicóptero con un guía es perfecto, éste puede salir del helipuerto del hotel. Otro gran plan es conocer las pirámides de Teotihuacan en globo, no solo será un paseo increíble, sino que también está el elemento cultural. Y para quienes quieren alejarse un poco más, ciudades como Puebla y Taxco, son el plan perfecto para el día, ya que reúnen un sin fin de actividades cultuales, gastronómicas y de recreación, y se puede ir y regresar el mismo día.
Sin duda la ciudad y sus alrededores ofrecen un sin fin de actividades, que pueden incluso satisfacer las necesidades del más exigente bon vivant, y que sin duda dejarán a quién la visite, con muchas ganas de regresar.
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