Por Mary Gaby Hubard
El Street art está cobrando cada vez más fuerza, las propuestas son más diversas y la cantidad de artistas interesados en este rubro aumenta año con año. En medio de todas las variedades de arte callejero, encontramos al inimitable Hot Tea.
Este artista, comenzó su trabajo en el graffiti en 1995 y tuvo muchos problemas legales que lejos de frenarlo a crear, lo ayudaron a adoptar un estilo único y original. Hot Tea, no trabaja con pintura, su material principal es el estambre. No se limita a una superficie plana, sino que utiliza rejas, o cualquier estructura arquitectónica que lo rodee. Puede intervenir hasta un espacio vacío y llenarlo con sus creaciones.
La semana pasada, transformó el túnel peatonal del Williamsburg Bridge, en Nueva York, en un colorido arco iris, llenando la parte superior con estambres de distintos colores. A pesar de que la idea parece bastante simple, se ve increíble y totalmente diferente a lo que cualquier artista callejero hace. La obra, le tomó once horas de trabajo al artista y sus asistentes.
Twitter: @MGHUBARD