Hay algo especial en que la canción que abre “Turbo”, el nuevo Ep de Jesse Báez, sea titulada “Barry White”. No es solo por el claro homenaje a una de las voces más importantes del R&B mundial, sino también por la ambición con la que su autor la presenta. Escuchar la canción es también escuchar una posición clara que no teme en sostener con el resto del disco: la voz de Jesse Báez puede llegar a ser tan icónica como la de aquel a la que hace referencia.
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Guardadas proporciones, lo que ha hecho Jesse hasta ahora no es sino demostrar que puede conseguirlo. Después de sorprender al mundo con “Baez”, su primer ep, de colaborar con los personajes clave de la música latina y de crear un espectro de misticismo alrededor de su personaje, “Turbo” se siente como el inicio de una gran historia. Es a partir de aquí cuando todo lo que puede venir después es un éxito cuidado. La voz de Jesse Báez por fin recibe el tratamiento que tanto merece.
Las pruebas son claras. El disco está compuesto por apenas seis canciones que parecen tener todo en lo que Báez es bueno. Aquí hay relaciones públicas conectadas a través de la creatividad con Fuego, Álvaro Díaz, C. Tangana y Dillon Francis, referencias al estilo de vida contemporáneo de una audiencia fiel y producciones musicales que oscilan entre la sensualidad del R&B y el poder del trap para crear un hogar cálido a una voz que lo gobierna todo.
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Porque al final del día lo más valioso es el instrumento más básico de todos. No importa si la música es una muestra de humildad o un intento de espectacularidad, porque la voz de Báez es aquello que la hace funcionar. Es esta misma la que habla por sus diferentes rostros: aquí hay eterno romance, crudo desamor y una vibra que lleva de inmediato al “Confessions” de Usher y su inagotable corazón.
Parece que todo lo ha hecho bien. Este es el momento ideal para que la carrera de Jesse Báez se convierta en el eslabón entre industrias musicales al que siempre estuvo destinada a ser. “Turbo” es lo mejor que ha hecho hasta el día de hoy y esa es una afirmación emocionante, porque todo lo que venga a partir de aquí solo puede ser mejor.