Cosas de las que tienes que deshacerte para tener un hogar minimalista

Cuando una tendencia comienza a convertirse en la norma, no es momento de huir de ella, sino de aceptarla y tomar las cosas que te sirven para tu estilo de vida. El minimalismo ha pasado de ser una filosofía a una tendencia y ahora, bien establecida dentro del mainstream (además de documentales, incluso hay un reality show sobre el tema) es momento de sacar el mayor provecho de sus cualidades.

Aunque te recomendamos adentrarte en los valores y principios del minimalismo, tal vez conocerlo desde el mundo físico, reorganizando tu hogar, puede ser una manera perfecta de entender que no se trata de quedarte sin nada, sino de tener sólo lo que te necesitas para ser feliz.

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Antes de imaginar un hogar donde sólo hay un colchón en el piso, un pequeño escritorio y una tetera, comienza por deshacerte de muchas cosas que realmente no necesitas, aquí te damos unas ideas para ser minimalista sin morir en el intento.

Ropa que ya no usas (con la pandemia tal vez hay importantes prendas que usarás en el futuro, pero también es una oportunidad para evaluar si alguno de los trajes o vestidos que guardas con recelo valen la pena).

Viejos aparatos eléctricos (y cargadores viejos).

Electrodomésticos que ya no usas.

Maquillaje expirado.

Tazas de sobra.

CD’s y DVD’s.

Regalos que nunca te gustaron.

Cuponeras y menús (puedes guardar las fotos en tu teléfono).

Juegos de mesa viejos.

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Baterias.

Disfraces viejos.

Ganchos (incluso te ayuda a evitar comprar ropa nueva e innecesaria).

Cuadernos usados.

Muestras gratis.

Posters.

Decoraciones que ya no te gustan.

Libros y revistas viejas.

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Productos de papelería que no necesitas.

Productos rotos o descompuestos.

Comida congelada y pasada.

Zapatos que no usas.

Plantas muertas y macetas vacías (aunque una buena idea siempre es buscar más plantas y mantener un hogar en armonía con la naturaleza).

Estas son sólo algunas de las cosas que puedes sacar para comenzar un estilo de vida minimalista. Después vienen cosas más difíciles como cartas personales o muebles que no usas tanto como deberías, pero todo a su tiempo. Recuerda que si algo puede servirle a otra persona, puedes donarlo, no todo tiene que ir a la basura.