Tus entrenamientos tienen muchos beneficios: alivian el estrés, mejoran la salud de tu corazón y lo ayudan a fortalecerse, te sientes con más energía, duermes mejor, etc. ¿Pero qué pasa con el ejercicio y el sistema inmunológico? ¿El ejercicio ayuda al sistema inmune o pueden debilitarlo? Es una pregunta que ha surgido últimamente, en medio de la pandemia del nuevo coronavirus. El número total de casos continúa aumentando, y mucha gente ha bajado la guardia. Lo que queda por hacer, es cuidarse a uno mismo para evitar al máximo posible ser contagiados.
Hemos hablado mucho sobre cuidar y fortalecer el sistema inmunológico, el cual aún no nos exenta de contagiarnos del virus. Pero definitivamente, es el momento clave para mantener la salud a tope, a través de nuestra nutrición, hidratación sueño, descanso y ejercicio. Pero, hay que ser muy cuidadosos, hay investigación sobre un vínculo entre el ejercicio moderado y un sistema inmune fuerte. Pero también hay evidencia de que hacer demasiado ejercicio intenso puede reducir la inmunidad e incluso enfermarte.
Entendemos que quieras aprovechar la cuarentena para ponerte súper fit. Sólo debes hacerlo de manera moderada e inteligente, cuidando todos los aspectos de tu vida, no sólo el ejercicio intenso. Hay evidencia de que hacer demasiado ejercicio intenso puede reducir la inmunidad. La investigación muestra que más de 90 minutos de ejercicio de alta intensidad pueden hacer que los atletas sean susceptibles a la enfermedad hasta 72 horas después de la sesión de ejercicio.
Lo que pasa es que el ejercicio intenso parece causar una disminución temporal de la función del sistema inmunitario. Esto de debe a que con el esfuerzo físico intenso, el cuerpo produce ciertas hormonas que disminuyen temporalmente la inmunidad. Esas hormonas son el cortisol y la adrenalina, conocidos como las hormonas del estrés, que aumentan la presión arterial y los niveles de colesterol y suprimen el sistema inmunitario, volviéndote más susceptible a infecciones.
El estrés psicológico también reduce la inmunidad. No solo el estrés físico aumenta la liberación de cortisol y adrenalina. El estrés psicológico también puede afectar la inmunidad y provocar un aumento de las infecciones por resfriado y gripes. Por lo que es importante que no te presiones de más por hacer entrenamientos perfectos, intensos y además cumplir con todos tus demás deberes. Todo esto sumado al estrés colectivo bajo el que vivimos en medio de una pandemia que ha provocado más crisis.
Ahora, eso no quiere decir que todo el ejercicio te hará daño. Como siempre, todo con moderación. Existe evidencia sobre un vínculo entre el ejercicio moderado y regular y un sistema inmunológico saludable. El ejercicio moderado se ha relacionado con una respuesta positiva del sistema inmune y un impulso temporal en la producción de macrófagos, las células que atacan a las bacterias. Se cree que el ejercicio regular y constante puede conducir a beneficios sustanciales en la salud del sistema inmunitario a largo plazo. Esto debe complementarse con una buena alimentación y descanso, no sucede por arte de magia.
Recuerda, el cuerpo es perfecto y siempre busca cómo trabajar a nuestro favor, por lo que tenemos la obligación de escucharlo y cuidarlo. No hagas entrenamientos intensos a los que no estás acostumbrado, y mucho menos si no estás bien asesorado por expertos. Ahora más que nunca, es momento de aprender a escuchar a nuestro cuerpo y darle las dosis necesarias de lo que pida.
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