Todo comenzó en 1886 en la pequeña ciudad de Dufftown, Escocia. William Grant y sus nueve hijos trabajaron para levantar una destilería que lograría tener innumerables premios. Esta es una historia de Navidad, pues en la noche de ese día en 1887, se marcó el nacimiento de un whisky excepcional.
Pocos saben que la historia de Glenfiddich inicia en la Navidad de 1887, fecha en la que Grant extrajo la primera gota de lo que se convertiría en el Single Malt más premiado del mundo, producto de una destilación en alambique de cobre. Lo nombró Glenfiddich en honor al terruño donde se levanta la destilería: el “Valle del ciervo”.
Esta Navidad, el Single Malt Glenfiddich cumple 133 años, luego de haberse creado en la destilería que piedra a piedra levantó William Grant para ofrecer al mundo el mejor whisky elaborado artesanalmente. Y si eres amante del whisky, ya sabes cómo deberás celebrarlo.
Este año, las dos gamas insignia de Glenfiddich 12 y 15 años presentan nuevo diseño que resalta una “V” claramente definida en la botella y que alude al “Valle de los ciervos”, biselada en la cara frontal para dar un perfil más vanguardista; además del icónico símbolo del ciervo se aprecia al centro. En tanto, la firma de William Grant luce en la tapa de la botella.
El clásico Glenfiddich 12 años, ahora lleva el nombre de Our Original Twelve, se madura en barricas de jerez oloroso, bourbon y roble durante al menos 12 años, para dar un equilibrio esplendoroso. A la nariz destacan notas de pera fresca y sutil roble, refrescantemente ricas y complejas. Por su lado, el Glenfiddich 15 años toma el nombre de Our Solera Fifteen por ser el Single Malt pionero, que desde 1998 utiliza el sistema de solera para su maduración en barricas de jerez, bourbon y barricas nuevas de roble. Es un whisky armonioso con capas profundas de especias cálidas, miel y fruta que dan sutileza exquisita para hacerlo más complejo.
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