Síndrome de la cara vacía o «mask fishing»: El terror del fin de los cubrebocas

¿De qué trata el «Síndrome de la Cara Vacía» o «Mask Fishing»? En México y muchas partes del mundo, la era del cubrebocas está llegando a su fin. Por los números de contagios y muertes tan bajos, las autoridades han permitido no usar mascarillas en lugares abiertos; sin embargo, después de una agresiva pandemia, más de dos años usándolo a todo lugar fuera de casa y sin aglomeraciones de gente, volver a la normalidad está siendo mucho más complicado para algunos.

Confiamos mucho en un pedazo de tela. El contagio y hasta nuestra vida dependía de un cubrebocas a veces inservible, sucio o con características que no te protegían tanto, pero llevarlo puesto te daba tranquilidad.

Salir nuevamente sin cubrebocas es todo un desafío justo a ese punto: la tranquilidad. «¿Y si me contagio?», «¿Y si me pasa?», «¿Y si estoy siendo muy confiado?». Algunas personas, un buen número quiero decir, han celebrado la disminución de la restricción, pero muchos otros, este elemento ya es imprescindible en su vida como protección para el covid-19 y «no sé cuántas enfermedades más», se dice.

Da inseguridad y miedo decirle adiós al elemento que para nosotros, nos salvó la vida. A este temor por dejar al descubierto la cara se le denomina «Síndrome de la Cara Vacía» o «Mask Fishing».

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Hablando más lejos que el contagio de covid-19, este síndrome puede presentarse también en personas -sobre todo adolescentes- que no quieren mostrar el rostro. Las mascarillas ya son un «escudo protector» que oculta marcas de acné, vello, dientes, labios e incluso una buena parte de la nariz. Muchas personas con inseguridades en esta parte del cuerpo se siente mucho más tranquila ocultando su rostro detrás de una mascarilla.

¿Cómo afrontar el «Síndrome de la Cara Vacía?»

En realidad los expertos recomiendan que si tienes el «Síndrome de la Cara Vacía» o «mask fishing», no te presiones por quitarlo si no te sientes cómodo. Tómate tu tiempo, no debe ser el mismo que los demás y generarte ansiedad por no hacerlo tú.

Busca cuál es tu espacio seguro para hacerlo y/o platicarlo. ¿Tu casa? quizá el hogar de algún familiar o amigo donde no te sientas juzgado. Lleva el cambio de una forma progresiva y como te sientas bien con el proceso.

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Haz una lista de situaciones según el nivel de complejidad. Detecta en qué lugares te sientes más incómodo sin mascarilla y empieza a trabajar progresivamente con ello.

Finalmente, revisa todo lo que se habla de este elemento. Todo. Que si bien nos han generado el sentimiento de tranquilidad y protección, también pueden provocar un distanciamiento entre las personas, problemas de ansiedad, salud mental y más. Así poco a poco verás un panorama más extenso y sin forzar nada, entrar a la llamada «Nueva Normalidad» como te sientas más cómodo.