Sillas confidentes: así nacieron las clásicas bancas de Yucatán

Si has visitado Yucatán, seguro has visto las sillas en forma de S que hacen que quedes prácticamente de frente a la otra persona. Algunos las conocen como sillas “confidentes”, “tú y yo” o “de enamorados”, y se encuentran por varios puntos de la ciudad de Mérida y del estado. Pero ¿sabes cuál es su historia? Te decimos cómo surgió este peculiar diseño que ya se ha vuelto un elemento distintivo de la llamada ciudad blanca.

¿Cómo surgieron las sillas confidentes?

Hay varios detalles en esta historia. Uno, por supuesto es el relacionado con el diseño. Desde esta perspectiva, las sillas confidente retoman la estructura de un sillón de dos asientos creado en Francia en el siglo XIX, cuya forma era justo la de una S en los respaldos. Así, las personas podían sentarse muy pegadas y quedar de frente. De hecho, se dice que fueron creados para que los enamorados pudieran cortejarse con la debida discreción y decencia.

Esta teoría que vincula el origen de las sillas con aquel mueble se refuerza con el apogeo del estilo francés en Mérida hacia 1890, cuando tuvo auge la industria henequenera en Yucatán, y las familias adineradas retomaron conceptos de Francia, incluso en la arquitectura y el famoso Paseo Montejo, donde podemos ver casas lujosas y de diseños ostentosos.

Sillas confidentes: así nacieron las clásicas bancas de Yucatán - sillas

Sin embargo, otra teoría tiene que ver con una familia local, de hecho, de la comunidad de Bokobá, a unos 50 kilómetros de Mérida. Según la leyenda, un padre celoso mando a hacer estas sillas para su hija, que estaba siendo cortejada por un joven del pueblo. Todo surgió porque el hombre puso de condición a los enamorados que solo se reunieran en el parque, pero al darse cuenta de que las bancas clásicas permitían mucha cercanía física, decidió mandar a hacer su propia banca en forma de ‘s’ para evitar que los jóvenes se tocaran, pero mantuvieran contacto visual.

Aunque no se tiene certeza de esto, lo que sí se sabe es que las primeras sillas confidentes se instalaron en el centro de la ciudad en 1915, cuando se dio una remodelación a la zona. A partir de ahí, tomaron popularidad y luego se instalaron en otras partes, incluso en otras ciudades del estado. Así que si vas próximamente a Mérida, no pierdas la oportunidad para descansar un poco en esta peculiar banca.