Si amas el journaling, prueba el Kakeibo, un método japonés para ahorrar

Cuando quieres ahorrar o tener más control de tu presupuesto a veces es muy difícil saber por dónde empezar o cómo organizarnos. A diferentes personas les funcionan diferentes estrategias, pero si te gusta el journaling y todo lo que tiene que ver con mindfulness, vale la pena que cheques el método Kakeibo o Kakebo.

Esta es una manera de registrar y limitar tus gastos que es muy simple pero profunda, ideal si prefieres escribir a mano y comprar con intención.

¿Qué es el Kakeibo o Kakebo?

Su traducción literal del japonés es “el libro de contabilidad de la familia y el hogar” y el método lo inventó a inicios del siglo XX una persona muy interesante: Hani Motoko, considerada la primera periodista mujer en Japón, quien quiso crear una manera sencilla para que otras mujeres pudieran llevar los gastos familiares.

Actualmente, hay varios libros en el mercado que adaptan esta idea al mundo moderno y al occidente, como Kakebo, el arte japonés de ahorrar dinero, de Fumiko Chiba; y Kaizen, el método japonés para transformar tus hábitos, de Sarah Harvey, que tiene capítulos dedicados a las finanzas y al kakeibo.

Básicamente, el pilar de este método es escribir todos tus gastos a mano (puedes hacerlo en cualquier libreta o comprar una especial) y hacerte cuatro preguntas clave:

  • ¿Cuánto tengo o cuánto gano?
  • ¿Cuánto quiero ahorrar?
  • ¿Cuánto estoy gastando?
  • ¿Cómo puedo mejorar?
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Foto de Thought Catalog en Unsplash 

Los pasos del Kakeibo 

Lo primero es tener una visión muy clara de tus gastos y entradas. Sé totalmente sincera y no te avergüences: solo tú verás tu libreta, en la que durante un mes tienes que apuntar todo lo que gastas.

Una vez que tengas una visión de tus gastos, puedes dividirlos en cuatro grandes categorías: general (tus gastos no negociables y esenciales), entretenimiento (las cosas que disfrutas pero no necesitas: salidas a comer, regalos, viajes, etc.), cultura (lo que te nutre, como suscripciones a revistas o podcasts, idas a museos, etc.) y gastos inesperados (lo que no puedes prever pero es esencial, como arreglar tu coche o ir al doctor). 

    Para cada persona puede variar dónde metes un gasto. Por ejemplo, el gym puede ser algo esencial para ti y para alguien más es solo entretenimiento. 

    Fija tus metas. Esto incluye un número y una fecha para lo que quieres lograr. Puedes tener una cifra general (por ejemplo, quieres ahorrar X cantidad total para un gran viaje) y dividirla en metas quincenales o mensuales (lo que tienes que ahorrar cada quincena para lograr la cifra final en la fecha en la que quieres irte de viaje).

      Pon metas y cifras para cada categoría.

      Sigue apuntando tus gastos y tus logros. Cada semana, checarás cuánto dinero tienes, cuánto gastaste y cómo avanzaste en tus metas y al final del mes verás cada categoría y revisarás cómo puedes mejorar.