La ajetreada vida de la ciudad, pandemia, volver a salir, recuperar lo perdido en los últimos dos años, relaciones fallidas, hacer las pases con tu cuerpo y un gran etcétera, hacen que nuestro cuerpo y mente pasen por un episodio de estrés intenso que nos deja emocionalmente agotados.
Sin embargo, muchas veces lo normalizamos y creemos que sentirse de esa forma es lo correcto ¡y está muy lejos de serlo! Quizá tienes todos los síntomas de agotamiento emocional y no te habías dado cuenta.
En los últimos años hemos escuchado mucho sobre el «Síndrome de Burnot» que hace referencia a la cronificación del estrés laboral. Hablando específicamente de éste, te provoca un nivel de agotamiento físico y mental que de pronto no estamos conscientes. Puede ser muy perjudicial para tu día a día pues pone en jaque tu personalidad y autoestima pero desgraciadamente cada vez más común.
No solo hablemos de trabajo, el agotamiento emocional es un estado de sobrecarga de esfuerzo psíquico ocasionado por innumerables cosas como la lucha interna sobre autoaceptación, relaciones amorosas, de pareja, familia o amistosas, metas, educación, frustración y en ocasiones hasta cumplir años.
Estar en un momento de agotamiento emocional crónico te hace vulnerable e incluso peligroso si tu trabajo o día a día involucra el trato con otras personas; por ejemplo médicos, policías, vendedores o cuidadores.
¿Cómo saber que estás en un estado de agotamiento emocional crítico y qué hacer para solucionarlo? Revisa la siguiente lista y si te identificas con al menos cinco, es momento de actuar.
Síntomas de agotamiento emocional
- Te irritas/enojas con facilidad.
- Estás muy desmotivado.
- Tienes sueño todo el tiempo o problemas para dormir.
- Te han dado ataques de pánico o ansiedad.
- No sabes lo que es la paciencia.
- Tienes problemas estomacales frecuentes como indigestión.
- Lloras o sientes que extrañas el pasado de pronto sin razón alguna.
- Te sientes en otro planeta lejos de la realidad.
- Sientes preocupación o angustia injustificable.
- Te duele la cabeza casi todos los días.
¿Cómo tratar el agotamiento emocional?
Debemos aprender cuándo poner pausa a nuestra vida y enfocarnos en nuestro interior. Si ya lo has detectado busca relajarte y poder arreglar estos picos de estrés antes que se vuelva mucho peor.
Lo primero que te sugieren los expertos como gran escape es buscar un hobbie, algo que no tenga que ver con tu rutina, trabajo o lo que conoces hasta ahora. Puede ser cualquier cosa: algún deporte, pintar, crear piezas de cerámica, maquillarte… ¡algo! Te ayudará muchísimo para que se convierta en tu lugar feliz, seguro y protegido donde puedes empezar a liberarte.
Trata de dormir entre siete y ocho horas. Quizá tienes una rutina que complica el buen descanso pero si es muy difícil, por lo menos inténtalo cuatro o cinco días a la semana.
Conoce gente nueva. Intentar hacer nuevas amistades siempre te ayudará a iniciar de cero y mostrarte diferente a como quieres ser recordado. Eso te obligará a bajar tu estrés y dar una buena impresión.
Sal a caminar, aprende a respirar y concéntrate en los pequeños detalles. ¿Sabes qué animales viven en tu colonia? ¿conoces todos los lugares de café por tus rumbos? ¿ya viste el nuevo mural que está solo a calles de tu casa? A veces por estar corriendo no nos damos cuenta de muchas cosas que pasan a nuestro alrededor e incluso estamos tan presionados que hasta la forma de respirar se acelera.
Revisa consciente cómo estás respirando y trata de modificarlo a repeticiones mucho más largas y profundas, te servirán mucho para liberar el estrés.
Pero como siempre lo recomendamos, lo mejor es ir con un experto que pueda estudiar tu caso en particular y brindarte un tratamiento personalizado con técnicas estudiadas para ti.
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