El Rey Carlos III recibió este miércoles 5 de julio las joyas de la Corona Escocesa para darle paso oficialmente a su reinado. Recordemos que Escocia forma parte de la Mancomunidad de Naciones de las que el hijo de la Reina Isabel II ahora es cabeza.
A esta ceremonia de Edimburgo algunos le llaman “mini coronación” porque en realidad es el mismo protocolo que vimos el pasado 6 de mayo en la Abadía de Westminster pero con mucho menos pompa, elegancia e invitados. Recordemos que el Rey Carlos III quiere ceremonias mucho más austeras y por supuesto esta no fue la excepción.
Gente de Escocia grita “Not My King”
A la capital escocesa llegaron el Rey y la Reina acompañados por los Príncipes de Gales. La Royal Mile une al castillo que vigila la ciudad con el palacio de Holyrood, la residencia oficial de los monarcas británicos en Edimburgo. El pasillo es bastante estrecho con edificaciones de piedra a los lados donde el eco provoca que cualquier sonido suena tenga mucho mayor volumen.
Cuando los Monarcas llegaban a la catedral de St. Giles pudieron escuchar las numerosas protestas con gritos de organizaciones antimonárquicas que gritaban “Not My King”; es decir “No es mi Rey”. Pero contrario a lo que ocurrió en Londres, las autoridades esta vez no han tratado de callar a los protestantes ni siquiera de esconderlos para la transmisión del mundo.
Ceremonia
Recordemos que el Carlos asumió el trono británico y de toda la Commonwealth inmediatamente después de la muerte de la Reina Isabel II; sin embargo, su coronación oficial fue el 6 de mayo en Inglaterra. Esta ceremonia es protocolaria y sobre todo en honor a la Reina Isabel II quien también la hizo en 1953 para que se le reconociera como Monarca oficial de Escocia al recibir sus joyas.
Fueron algunos días de celebraciones que culminaron con este gran broche que lo consagró como en nuevo Rey. Primero hubo una Procesión del Pueblo donde profesores de escuela, miembros de la guardia costera, médicos, empleados de correos y otros, desfilaron antes que Carlos III y Camila partieran del castillo en su Rolls Royce. Detrás de ellos iban miembros de las fuerzas armadas y caballos de las caballerizas reales de Edimburgo.
Carlos III recibió los Honores de Escocia, las joyas más antiguas de Gran Bretaña. Una corona, un cetro y una espada del estado los forman. Juró lealtad y se reclamaba obediencia a las leyes escocesas. Fue presentada la “Piedra del Destino”, una valiosa roca de 150 kilos que está presente en cada coronación de los Reyes de Escocia.
Representantes de diferentes religiones presentes, cantaron junto con el resto “God Save The King” por primera vez en más de 70 años en St. Giles. Así fue cómo, en una ceremonia mucho menor pero igual de poderosa, histórica y llena de simbolismos, el Rey Carlos III fue proclamado oficialmente como jefe de Estado.
Enseguida fueron disparadas salvas de cañón desde el patio de armas del castillo y se escucharon con mucho entusiasmo el sonido de las gaitas que acompañaron la salida de los nuevos Reyes.
Debe estar conectado para enviar un comentario.