Las lecciones que más nos impactan por lo general son las más simples. A veces, sólo necesitábamos ver la situación a través de los ojos de un niño para entenderla y hacer sentido de ella. Conforme crecemos, nos complicamos, adquirimos inseguridades, ideas, presiones y mucho estrés. Se nos olvida nuestro niño interior y los regalos que puede ofrecernos en la adultez, si nos pudiéramos relajar de vez en cuando.
Muchos de estos libros los leímos de niños, los olvidamos y enterramos en nuestras memorias. Muchas veces, cuando los volvemos a leer para dormir a nuestros hijos o sobrinos, terminamos más asombrados e inspirados nosotros que los pequeños. Personalmente, he vuelto a leer varios últimamente con mis lentes de adulto y me he llevado lecciones que eran urgentes recordar en estos tiempos. A veces, sólo necesitas frases cortas y dibujos para regresar a lo que verdaderamente importa.