Una nail artist coreana acusó a Sally Hansen de plagio

El nail art es una tendencia que nació en la última década y no hay señales de que desaparezca pronto. La evolución de estilos se debe a la extraordinaria creatividad de artistas que hacen de cada uña un lienzo irrepetible. Para muestra, el trabajo de Eunkyong Park, una manicurista coreana, ubicada en Seúl, que ha creado algunos de los diseños más creativos, innovadores y vanguardistas del mundo entero, y que gracias a eso se ha ganado reconocimiento mundial por publicaciones internacionales.

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Tal nivel de fama trae consigo plagio, inevitablemente. Pero lo que nunca nos imaginamos es que una de las marcas más importantes de la industria dedicada a las uñas fuera responsable de tal falta de respeto y ética. Sally Hansen presentó un kit de calcomanías inspirado en “K-beauty”, que coincidentemente incluye dos de los estilos más icónicos de Eunkyung: diseños con alambre y el efecto de vidrio quebrado.

Ella le comentó a la revista “Very Good Light” que la marca la buscó para colaborar con ella, pero después de varios mails no le volvieron a contestar. Fue hasta seis meses que sus followers quienes le compartieron imágenes de un primer plagio, los diseños con alambre.

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No lo podía creer“, comenta Eunkyong, “principalmente porque una marca se iba a salir con la cuya al copiarme mis diseños“. Ella contactó a la marca para pedir una explicación y la única respuesta que recibió decía: “Admiramos tu increíble talento y esperamos seguir en contacto. La propuesta de colaboración sigue en pie para que tengamos una llamada, o si en los próximos meses vienes a Estados Unidos podrías venir a nuestras oficinas para tener una junta sobre futuras alianzas“. Después de ese mail, ya no hubo más comentarios.

Eunkyung no se quedó de brazos cruzados y publicó en su cuenta de Instagram (donde tiene más de 254 mil seguidores) que Sally Hansen había robado sus diseños. El apoyo de sus seguidores y expertos de la industria se notó inmediatamente, ya que todos empezaron a reportar a las tiendas que vendían estos estilos.

Algunas de ellas, como Target, los retiraron de su inventario, pero la lucha no ha terminado. Los kits “inspirados” en las obras de Eunkyung siguen a la venta y Sally Hansen todavía no admite (y dudamos mucho que lo haga) el plagio.

En esta era de redes sociales quien no toma poder es porque no quiere. Esto es solo un ejemplo de lo que alzar la voz puede lograr y esperemos que las grandes marcas aprendan de esta situación para crear alianzas en vez de escándalos mediáticos.