Es del tamaño de un ser humano, sus ojos tienen función de reconocimiento facial y rastreo de color. Hablamos del robot ‘Mark 1’, uno que tomó a la actriz Scarlett Johansson como su modelo. Aunque el creador, Ricki Ma, no quiere decir abiertamente que es la ganadora del Oscar, el prototipo lo confirma.
Es impresionante lo que alguien puede hacer con una impresora 3-D en casa, obviamente quienes saben manejarla. En el patio de su casa en Hong Kong, Ricki Ma construyó una mujer robot con una impresora 3-D y un software que él mismo aprendió a utilizar con programación y electromecánica. 18 meses y $50,000 dólares fue lo que tomó realizar el proyecto.
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El robot inspirado en Scarlett Johansson no es autónomo, solo tiene control sobre sus extremidades. ‘Mark 1’ como lo nombró su creador, está puesto sobre una base y puede mover piernas, brazos y dedos. Así mismo, el prototipo responde a comandos para decir “gracias”.
Lo que busca Ricki Ma es llamar la atención para que una empresa o un inversionista compre su prototipo. Y así hacer nuevas versiones del robot y escribir un libro sobre el proceso. Aunque resulta un poco creepy que cualquiera pueda hacer un robot de alguien solo porque le gusta su apariencia. Lo único que hace el ‘Mark 1’ es sonreír, guiñar el ojo y decir “gracias” si le dices que es hermosa, con lo que conviertes a alguien como Scarlett Johansson solo en un objeto.
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La pregunta aquí es si este robot promueve la cosificación de la mujer. Si un hombre por sí mismo no puede conseguir atención, ¿es correcto que haga un robot de la actriz que ama? Así Ricki Ma y otros podrían construir más prototipos y ahora utilizar a Beyoncé y también a mujeres que no son figuras públicas para tenerlas en casa.
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