Siempre hay lugar para una buena pizza, pero cuando es frita, ligera, crujiente y hecha como en Nápoles… ahí sí estamos hablando de otra cosa. Rita, la Pizza Fritta llegó a la Condesa con una propuesta que rompe con lo que ya conocemos en la CDMX y que enamora desde el primer bocado. Spoiler: no es una pizzería más.
El secreto está en la masa, literalmente. En Rita, cada pizza comienza con harina traída de Nápoles y pasa por un proceso de 48 horas de fermentación en frío. El resultado: una masa suave, deliciosa y súper digerible que se fríe en aceite de caña de azúcar (sí, leíste bien), lo que le da un toque muy particular y cero pesado.

Hay dos formas de disfrutarla: rellena, como un calzone crujiente en forma de cornetto, o estilo Montanara, que va primero frita y luego horneada con ingredientes frescos encima. De las rellenas, no te puedes perder la Marga-Rita, un clásico bien hecho, y la DEFectuosa, con chicharrón prensado, salsa verde cruda y quesillo, una joya chilanga-napoletana que tienes que probar porque el sabor es súper interesante. Si prefieres algo más ligero pero igual de deli, la Montanara Stracciatella es una maravilla, y no dejes de ponerle la miel picante porque la eleva de 10 a 1000.

Pero antes de pasar a las pizzas y para empezar, te recomiendo sí o sí la ensalada de coles de Bruselasessúper fresca y los piñones le dan un toque crocante delicioso que combina perfecto con la vinagreta en la que viene aderezada. Y para cerrar con broche de oro, el postre que Rita, la Pizza Fritta debería patentar: la Montanarini, una mini pizza frita con helado de vainilla, miel picante y pistaches. Suena exagerado decir que es adictiva… pero lo es.
El ambiente es relajado y la comida lo suficientemente especial como para salir planeando la próxima visita. Porque sí: una vez que pruebas Rita, ya no hay vuelta atrás.


Debe estar conectado para enviar un comentario.