Nada mejor que un roadtrip para conocer México el fin de semana. Personalmente, son mis favoritos. Unas horas de convivencia en el camino, escuchando música, conociendo nuevas carreteras, admirando el paisaje y haciendo paradas intermitentes y saber que estás más cerca de tu destino. Esta vez, tocó Guanajuato, una ciudad a 5 horas de la CDMX, y aquí te cuento los restaurantes que probé y no te puedes perder.
Guanajuato es la capital de su estado homónimo, conocido por sus calles empedradas y angostas, y arquitectura colonial llena de color y vida. Es una ciudad tranquila, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988. Se caracteriza también por sus eventos culturales, que puedes consultar aquí.
Salimos a las 9am y llegamos a Guanajuato a las 2 pm -con una parada en un Starbucks de carretera-. Nos instalamos en nuestro hotel para descansar un poco del viaje y buscar dónde comer. Recorrimos un poco de la ciudad y les preguntamos a los locales qué restaurantes nos recomendaban mientras caminábamos. Así, entre recomendaciones y permitirnos caminar sin sentido, fue como llegamos a la calle Del Truco, donde nos decidimos por Casa Ofelia.
Restaurantes para probar en Guanajuato
Casa Ofelia
Con sazón de hogar y comida preparada el mismo día, Casa Ofelia te ofrece una gran variedad de platillos tradicionales mexicanos y guanajuatenses. No puedes dejar de pedir la sopa azteca o el caldo tlalpeño, que están deliciosos. Si todavía tienes espacio para más y quieres compartir, te recomendamos la Cazuela Ofelia, con tostadas, frijoles, queso asadero al centro y carne, pollo y chorizo. ¡Perfecto para un grupo de cuatro o cinco personas! Deléitate con sus paredes adornadas con distintas piezas artesanales.
Caminamos otro poco tras la comida, eso sí, Guanajuato es para caminar y caminar. Llévate ropa cómoda y zapatos que te permitan subir escaleras y caminar correctamente en las calles empedradas. Si quieres descansar un poco, puedes ir al Jardín de la Unión, donde un poco más hacia el anochecer podrás disfrutar de la música de grupos norteños y mariachi. Frente a este Jardín, fue que decidimos anotarnos a una tradicional callejoneada. Las que son a partir de las 7pm son las mejores, pues puedes admirar un Guanajuato nocturno, acompañado de sus leyendas e historia, con música de los estudiantes locales.
Así fue como terminamos el primer día, aprendiendo sobre la ciudad, llenos de risas, música y enamorados de la ciudad.
Nos levantamos a las 8am para aprovechar la alberca que ofrecía el hotel y después desayunar contentos en Casa Valadez, frente al icónico Teatro Juárez.
Casa Valadez
Si viste Iron Chef, entonces has escuchado de la chef de este delicioso restaurante, Karen Valadez. La atención es magnífica y no te puedes perder su pan dulce que te llevan a tu mesa. Los huevos campestres son excelentes para comenzar el día, su salsa ranchera está para morirse. Los chilaquiles están acompañados de frijoles, también, deliciosos. Si eres una persona que no puede empezar el día sin fruta, puedes pedir su ensalada frutal Biónico, con fruta de temporada, granola, yogurt y mermelada hecha en casa.
Por ser el segundo día, sabíamos que teníamos que recorrer más allá de lo que nuestras piernas podrían. Así que agendamos un tour de una hora -hay de tres, seis o nueve- para conocer más sobre la arquitectura icónica, el legado colonial y los túneles de la ciudad fuera del centro, a bordo de un tranvía. Una ventaja de tomar este tipo de tours con locales, es que conocerás datos curiosos que no están en todas partes. ¿Sabías que Guanajuato se inundó el 1 de julio de 1905 con un alcance del agua de casi 3 metros? Después, fuimos a la Alhóndiga de Granaditas, famosa por ser uno de los sitios más importantes para nuestra independencia y al mercado de la ciudad.
Ya un poco más tarde, pasando la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato, fue que nos encontramos con María Cocina Urbana.
María Cocina Urbana
Bajando las escaleras, al fondo, te encuentras con María Cocina Urbana, un lugar casual y relax, pero con un menú delicioso. Puedes pedir unas papas a la francesa o alitas si quieres algo para botanear. Pero si buscas algo a base de plantas puedes pedir sus berenjenas rostizadas.
Tras descansar un poco y explorar un poco más -es muy fácil perderse entre sus calles- descansamos en el hotel. Lo malo de las vacaciones, es que terminan, pero saldríamos la mañana siguiente a las 11am, así que nos quedaba un último lugar para desayunar antes de dejar esta bella capital.
Las Vieyras en La Casa del Rector
En un hotel boutique, de los inmuebles más antiguos de la ciudad y hogar durante 50 años del primer rector de la Universidad de Guanajuato – de ahí su nombre- está Las Vieyras, nuestro último destino y un lugar que no te puedes perder. Pedimos un rol de guayaba y una concha con nata, ambos deliciosos y hechos con mucho amor, pues la mermelada era hecha en casa y los frutos que adornaban la nata de rancho eran frescos y de temporada. Tampoco te puedes perder sus Huevos Guanajuatenses y el Pan Francés.
Para terminar nuestro desayuno, subimos a la terraza, para admirar desde arriba la belleza de la ciudad. ¡Adiós Guanajuato!
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