Claramente ya había pasado por esta esquina que brilla en las noches con sus luces cálidas de bombilla; donde las personas se sientan en la terraza con tabla de quesos al centro y una copa de vino, como un bistró europeo donde el plan es “ver a la gente pasar”.
Pero no fue hasta hace poco que probé su menú de brunch, que puedo decir que Pigeon tiene un rol de canela que abraza el alma y un pan francés con cremoso de mascarpone que compite con los favoritos de la zona… entre otro gran repertorio de platillos que caracterizan un brunch para campeones. A partir de este mes, puedes disfrutarlo de viernes a domingo entre 10:00 a.m. y 1:30 p.m.
¿Cuál es el concepto gastronómico de Pigeon?
Cuando la propuesta más reciente de los chefs del Meroma, Mercedes Bernal y Rodney Cusic, llegaba a esta esquina clave en la Roma hace dos años, su cocina contemporánea no necesitaba introducción. Y es que antes de que fuera un restaurante recomendado en la Guía Michelin 2024, CDMX ya se formaba para esta fusión de bistró americano y taberna en la planta baja del edificio de Las Brujas, diseñado por el ingeniero R.A. Pigeon en 1908 (de ahí el nombre).
Con su patrón geométrico en el piso, sus paredes rosas y sillones verdes; su interior es el tipo de espacio donde Wes Anderson grabaría la escena meet cute de su película, en la que dos extraños —con sus narices metidas en las páginas de un buen libro— cruzan miradas, hasta que terminan compartiendo un scone de naranja (o concha de chocolate), otro espresso y, por favor, un chai latte caliente (porque este, a diferencia de la mayoría de los lugares, no es de polvito endulzado).
¿Qué pedir en el brunch de Pigeon?
Comfort food es un término que desde el 2022 describe al lugar y su brunch, sin perder el aire sofisticado, no es la excepción.
Así como gran parte de su menú principal son entradas y botanas (porque, honestamente, siempre es lo más delicioso), el especial es la tabla de quesos: con rodajas de durazno, almendras, miel y pan para compartir. Que este combo sea un platillo favorito desde tiempos inmemorables no es novedad, pero su versión más matutina sí lo es y se llama Plato Pigeon: una selección de esenciales como tocino, hierbas, queso (fresco del Rancho Cuatro Encinos), aguacate y huevo para que te armes tu pan (de masa madre, por supuesto). Al centro, este es el ideal en un lugar que cuida la frescura y calidad de sus productos, tanto que pueden demostrarlo simplemente presentándolos en un plato y dejar que los ingredientes hablen por ellos mismos.
Su carta de brunch también es breve así que ir en grupo es la tocada para probarlo todo. Desde los que nunca pueden faltar (como los chilaquiles o benedictinos con salmón en versiones Pigeon), hasta los que sólo se pueden disfrutar de vez en cuando, como los huevos revueltos con mole coloradito, cream fraiche, queso ocosingo, flor de calabaza y perejil.
Para una combinación de sabores inesperada, te recomendamos pedir el toast de ricotta con huevos pochados, jitomate heirloom y ralladura de limón. Aunque si lo tuyo es lo clásico tipo cheese & bacon, pide el Englsih muffin con chorizo español, queso montaña, huevo revuelto y aguacate entre dos panes hechos en casa.
Pero lo que no puede faltar en el brunch Pigeon—bajo ninguna circunstancia— es el postre: su pan francés elaborado con pan de miga, crema de avellana con chocolate, cremoso de mascarpone, frutos rojos, plátano, almendra tostada, maple y albahaca morada. Créeme, ¡con este deleite siempre hay espacio en la panza!
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