El 21 de abril de 2025 falleció el Papa Francisco, quien fue elegido el 13 de marzo de 2013. Durante más de doce años, lideró a la Iglesia Católica con un enfoque pastoral, progresista y profundamente humano. Su fallecimiento no solo marca el cierre de un pontificado histórico, sino también la activación de un ritual secreto y de miles de años: la elección del nuevo Papa. ¿Qué sucede en el Vaticano cuando muere un pontífice? ¿Cómo se organiza su funeral? ¿Quién gobierna durante el periodo sin papa? ¿Y cómo se elige a su sucesor?
A continuación, todo lo que hay que saber.
El protocolo inmediato tras la muerte del Papa
Verificación oficial
El camarlengo (actualmente el cardenal Kevin Farrell) certifica la muerte del pontífice y sella sus aposentos privados para evitar la manipulación de documentos o símbolos papales.
Destrucción de símbolos de poder
El anillo del pescador y el sello papal son destruidos públicamente, como símbolo de que su autoridad ha terminado y para prevenir cualquier uso fraudulento.
Luto y velación
Se celebran nueve días de luto, conocidos como novemdiales. Durante este periodo, el cuerpo del Papa yace en la Basílica de San Pedro, donde fieles de todo el mundo pueden acudir a rendir homenaje.
Funeral
Tradicionalmente se celebra entre el cuarto y sexto día tras el fallecimiento. En este caso, el Papa Francisco había solicitado un funeral más alejado y sencillo, por lo que será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor.
Durante la sede vacante
Tras la muerte del Papa, la Iglesia entra en un periodo de sede vacante, donde no hay pontífice. El gobierno queda en manos del Colegio de Cardenales, que solo puede encargarse de asuntos administrativos urgentes, sin tomar decisiones doctrinales o estructurales.
Previo al cónclave, los cardenales participan en sesiones llamadas congregaciones generales, donde se debaten los principales retos de la Iglesia y el perfil deseado del futuro pontífice. También se celebra una misa solemne —Misa pro eligendo Pontifice— para pedir la guía del Espíritu Santo.
El Cónclave: cómo se elige al nuevo Papa
Entre 15 y 20 días después del fallecimiento, los cardenales electores —aquellos menores de 80 años— son convocados a Roma. En esta ocasión, hay aproximadamente 120 electores, de los cuales más del 70% fueron nombrados por el propio Francisco, lo cual podría influir en la elección de un sucesor que continúe su legado pastoral.
¿Dónde se lleva a cabo el Cónclave?
El cónclave se lleva a cabo en la Capilla Sixtina. El término proviene del latín cum clave (“con llave”), haciendo referencia al aislamiento total al que se someten los cardenales: sin acceso a teléfonos, medios de comunicación o contacto externo. Incluso se revisan los espacios con tecnología para evitar escuchas.
Durante el proceso, los cardenales duermen y toman sus comidas en la Casa Santa Marta, una residencia ubicada dentro del Vaticano, muy cerca de la Capilla Sixtina. Este edificio, originalmente construido como alojamiento para los participantes en el cónclave, fue también el lugar de residencia del Papa Francisco durante sus doce años de pontificado.

Las votaciones para un nuevo Papa: cómo es el Cónclave
Inicio ceremonial
El cónclave comienza con una procesión solemne: un desplazamiento ceremonial de los cardenales electores, vestidos con túnicas litúrgicas, que se realiza en silencio o acompañada de cánticos religiosos desde la Capilla Paulina hasta la Capilla Sixtina. Este acto subraya la dimensión espiritual del momento: es un tránsito simbólico desde lo terrenal hacia lo sagrado, donde se tomará una de las decisiones más trascendentales de la Iglesia.
Antes de ingresar, se celebra la Misa pro eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro, invocando la guía del Espíritu Santo. Ya dentro de la Capilla Sixtina, los cardenales pronuncian un juramento de secreto absoluto. La frase extra omnes (“todos fuera”) marca el cierre de puertas y el inicio formal de las votaciones.
Dinámica de elección
Se llevan a cabo hasta cuatro votaciones al día (dos por la mañana y dos por la tarde). Cada cardenal escribe el nombre de su candidato en una papeleta con la frase eligo in summum pontificem (“elijo como Sumo Pontífice”), la dobla y la deposita en un cáliz sobre el altar, bajo el fresco de El Juicio Final de Miguel Ángel.
Son tres los cardenales responsables de contar y verificar los votos. Para ser elegido, un candidato necesita una mayoría de dos tercios. Si no se alcanza, las papeletas se queman: el humo negro indica que no hay decisión. Cuando finalmente hay nuevo papa, el humo blanco anuncia la elección.
El anuncio: Habemus Papam
Una vez alcanzada la mayoría, el decano del Colegio Cardenalicio pregunta al elegido si acepta. Si lo hace, elige su nombre papal y se reviste con la sotana blanca.
El anuncio lo realiza el cardenal protodiácono (actualmente Dominique Mamberti), desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, con la fórmula tradicional: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam.” Después, el nuevo Papa aparece ante el mundo e imparte su primera bendición Urbi et Orbi.

¿Quién puede ser elegido?
En teoría, cualquier hombre católico bautizado puede ser electo Papa, pero en la práctica siempre ha sido un cardenal. Entre los nombres que se están especulando mucho en esta ocasión están:
- Pietro Parolin, actual Secretario de Estado del Vaticano.
- Luis Antonio Tagle, cardenal filipino y ex prefecto de Evangelización.
- Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia con perfil social y pastoral.
- Péter Erdő, arzobispo de Budapest, de tendencia más conservadora.
Cómo el cine ha representado el proceso del Cónclave
Este proceso ha sido una constante fuente de inspiración para el cine, la literatura y la televisión. Algunas representaciones se acercan con notable precisión a la realidad, mientras que otras recurren a la ficción como punto de partida para explorar el poder, la fe y el misterio que rodea al Vaticano. Aun con sus licencias creativas, estos proyectos ofrecen una mirada representativa —y en ocasiones reveladora— del ritual que implica elegir a un nuevo Papa. Algunas de las más destacadas son:
- Conclave (2024): basada en la novela de Robert Harris, que dramatiza las tensiones políticas entre cardenales.
- Ángeles y demonios (2009): aunque altamente ficcional, introduce al público a los elementos clave del proceso, como el aislamiento de los cardenales y la fumata blanca.
- The Two Popes (2019, Netflix): dirigida por Fernando Meirelles y protagonizada por Anthony Hopkins y Jonathan Pryce, dramatiza el encuentro entre el Papa Benedicto XVI y el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio antes de la renuncia del primero. Aunque no muestra un cónclave directamente, da contexto político y humano al proceso de sucesión.
- Habemus Papam (2011, dir. Nanni Moretti): una comedia dramática italiana sobre un cardenal que entra en crisis existencial justo después de ser elegido papa. Ofrece una mirada humana y simbólica al peso del pontificado.
- The New Pope (2020, HBO) y The Young Pope (2016, HBO): dos series creadas por Paolo Sorrentino que combinan drama, sátira y estética surrealista. Aunque no se centran en el proceso formal del cónclave, muestran la maquinaria interna del Vaticano, las tensiones de poder y la elección de un nuevo papa ficticio.
- Inside the Vatican (2019, BBC/PBS): un documental que ofrece acceso sin precedentes al día a día dentro del Vaticano, incluyendo detalles sobre cómo se preparan y organizan eventos como un cónclave.

Un nuevo capítulo para la Iglesia
Más allá del protocolo, la elección del nuevo papa es un momento de introspección global para el catolicismo. La figura que emerja de este cónclave no solo heredará un legado, sino que definirá el rumbo de la Iglesia en un mundo marcado por desafíos sociales, tecnológicos y espirituales.
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