Así puedes vivir un fin de semana perfecto en Las Vegas

Un fin de semana en Las Vegas es el escape perfecto de la realidad, por lo menos durante unos días. Aquí los espectáculos, los juegos, la comida y más hacen que realmente te olvides de todo lo que pasa afuera y simplemente disfrutes.

Lo mejor de todo, tres días son suficientes para disfrutar al máximo la ciudad, y aunque puedes regresar siete u ocho veces más y siempre hacer algo distinto, en 72 horas puedes conocer lo necesario.

Aunque Las Vegas ha crecido muchísimo en los últimos años, trasladarse –cuando no es hora pico– no es tan complicado. Los puntos más importantes de la ciudad se encuentran cerca y cuando no, los traslados no deben tomar más de media hora, por lo que es un lugar perfecto para conocer en poco tiempo.

Hospedaje

Si es tu primera vez en Las Vegas o tienes poco tiempo, lo más recomendable es quedarte en The Strip, la zona más popular y famosa de la ciudad. Lo mejor es que puedes elegir entre los mejores hoteles del mundo como el Wynn, MGM, Caesars Palace y muchos más.

Día uno

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Comienza el día con un desayuno o brunch en Primrose, dentro de MGM Park –no importa si ordenas el bagel de salmón ahumado o los pancakes, dos platillos perfectos para iniciar tu día en la ciudad, la verdadera estrella del menú es el Lavender Sgroppino, un drink fresco que se puede volver adictivo– y después simplemente descubre la magia de la ciudad. Conoce los casinos y las tiendas –sobre todo las del Wynn y el Caesars Palace.

Aquí las calles son transitables durante la noche, cuando el calor extremo desaparece y puedes caminar mientras admiras la ecléctica arquitectura de una ciudad que nació a inicios del siglo XX. Hagas lo que hagas, llega antes de medianoche a las fuentes del Bellagio para vivir un momento de película y después continúa disfrutando la vida nocturna de la ciudad. Incluso puedes asistir a una fiesta en APEX Social Club en el rooftop del piso 55 dentro del Palms para tener una vista envidiable de toda la ciudad.

Día dos

El primer día es una oportunidad de conocer lo clásico de Las Vegas, el segundo puede ser mucho más selectivo en tus actividades. Comienza con un desayuno ligero y ve a las albercas de tu hotel, donde siempre hay una zona para relajarte y otra para comenzar la fiesta sin importar la hora, tú puedes decidir qué es lo que quieres. El calor, el buen ambiente y el sentimiento de estar en uno de los hot spots que nunca pasan de moda te pueden hacer querer quedarte ahí, pero hay mucho más por ver.

Pide un uber y visita el verdadero Downtown de Las Vegas donde lo clásico convive con lo contemporáneo. Camina por Freemont Street donde siempre hay conciertos de calidad, visita la parte vieja de Las Vegas con restaurantes clásicos que aún sobreviven, ve los murales de arte urbano que cambian cada año con el Live is Beautiful Festival y ve por un drink al clásico bar Atomic Liquors (cuando se hacían pruebas nucleares en el desierto de Nevada, la gente asistía a este bar para verlas desde el techo, después fue un lugar muy frecuentado por Barbara Streisand) y disfruta de Container Park y Ferguson Downtown.

Durante el atardecer, visita el Neon Museum y toma las fotos más instagrameables que existen, regresa a The Strip y ve por una merecida cena a algún restaurante que sólo podría existir en Las Vegas como Majordomo –uno de los mejores de todo el grupo Momofuku y la sensación actual de Las Vegas, o Scotch Prime 80 –con algunos de los mejores cortes de carne de todo Estados Unidos y un lugar en el que puedes cenar en un cuarto privado rodeado de pinturas de Basquiat–. No hay manera de perder cuando la oferta de alta gastronomía en la ciudad está en cada uno de los grandes casinos.

Día tres

En tu último día, atrévete a hacer algo fuera de lo común en un viaje como este, sal de la ciudad y explora la naturaleza que rodea a Las Vegas. Nevada aún mantiene mucho de su esplendor natural y los tours a lugares como Valley of Fire, Joshua Tree o Red Rock Canyon prometen regresarte justo a tiempo para tomar tu vuelo de regreso a casa. No olvides desayunar bien, llevar ropa adecuada para la excursión e hidratarte constantemente.