México es una tierra mágica y los productos que encontramos aquí se han usado desde nuestros antepasados para nutrirnos y mejorar nuestras vidas. Las antiguas civilizaciones lo sabían y nosotros podemos experimentarlo. Un ejemplo claro y accesible es la ceremonia de cacao que se hacen desde hace miles de años y hoy cada vez más y más personas las realizan, pues pueden darnos una experiencia personal increíble. Pero, ¿de qué se tratan realmente?
El “Espíritu del Cacao” es una de las deidades más poderosas de la cosmología Maya, le llamaban “Ku-Ku” que significa “Sagrado sobre lo sagrado”. El cacao era cultivado por los mayas desde hace 2,500 años. Preparado según la receta secreta, que tiene más de 600 años, que nos enseñaron nuestros ancestros Mayas y acompañado con cantos de sanación chamánicos, es la puerta para realizar un viaje a nuestro interior y abrir el corazón.
Los aztecas aprendieron de los Mayas el cultivo y preparación de la que era la bebida de los Dioses, ellos le llamaban “Cacahuat” cuando ya extraían la bebida amarga que obtenían de sus frutos lo llamaban “Xocolatl” de ahí el nombre de chocolate en castellano. Era un alimento que sólo era consumido por el emperador y la nobleza.
Dicen que se compartía una taza a cada persona querida que llegaba de visita a las casas en las comunidades mayas, tomaban juntos chocolate para hablar desde el corazón y crear relaciones duraderas con los seres que visitaban. Actualmente, es un ritual en grupo muy especial que ayuda a sanar interna y físicamente. Trabajar desde el corazón tiene mucho poder y el cacao es la llave para abrirlo.
En algunas ceremonias el cacao ya está preparado y listo para beberse, en otras, se prepara juntos. Al servir el cacao vamos se va recordando el porque sentarse en el piso en círculo, un espacio seguro donde todos se ven y sienten, y del cual todos forman parte. La ceremonia de cacao siempre la hacen los que llegan a ella, es su energía, su amor y sus sueños lo que se manifiesta.
El cacao es un rico alimento en principios estimulantes, proporciona energía y elimina los dolores corporales. En el cacao correctamente preparado hay un nivel elevado de Teobramina, un compuesto químico que produce las betas-endorfinas. Estas hormonas son las responsables directas de las sensaciones de tranquilidad, relajación y felicidad. Tiene un efecto estimulante en el sistema nervioso central.
Al contener pequeñas cantidades de otras sustancias endorfínicas (responsables directas del éxtasis emocional), estimula los centros del placer y da una sensación de amor constante. Por eso, al consumirlo y hacer los rituales de canto, baile, escritura o diálogo que siguen, las personas viven en un estado de bienestar. Comunicar desde este estado de plenitud puede ser una experiencia transformativa para muchos, sobre todo quienes tienen problemas para abrirse y sentirse vulnerables frente a otros.
En este círculo se realiza un viaje al interior donde reside la sabiduría. Esta ceremonia de cacao te reconecta con la belleza, la dulzura y el amor que reside en ti mismo. Terapéuticamente te ayuda a que recuperes tu poder para relacionarte y para servir a los demás.
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