Autos eléctricos en el siglo XIX y otras cosas que no sabías de Porsche

La industria automotriz está íntimamente ligada. Si buscas a los titanes del automovilismo del siglo XX verás que muchos colaborarón con otras marcas antes de iniciar su propia empresa. Ferdinand Porsche fue responsable del nacimiento del Beetle de Volkaswagen, trabajó en la industria militar durante la Segunda Guerra Mundial y le dio nueva vida a Mercedes-Benz antes de cambiar al mundo con los rápidos y lujosos autos de Porsche.

Cada empresa tiene su historia y la de Porsche es una que está llena de pequeños datos curiosos que son mucho más que una nota al pie, son la prueba de que Porsche está constituida por los mejores, los más apasionados, los que siempre buscan un reto y los que no temen romper unas cuantas reglas por demostrar que son los mejores.

El primer auto eléctrico

Hoy seguimos buscando acoplar los autos eléctricos a nuestra cotidianidad, pero Ferdinand Porsche ya estaba preocupado por acoplar esa tecnología desde el siglo XIX. En 1899 creó el Lohner Porsche y en el amanecer del siglo XX demostró que un auto eléctrico era posible. De hecho también fue más allá y en esa época también creó el Semper Vivus, el primer auto híbrido de la historia.

Dueño de la velocidad

Porsche estaba convencido de que la rapidez no era cuestión de un gran vehículo y que los autos pequeños podían ser aún más rápidos. Nadie le creía, por lo que de nuevo les demostró estar equivocados cuando en 1922 creó Sasha, un auto a comisión para un director de cine con ese nombre. A pesar de ser más pequeño que cualquiera en ese momento, Sascha ganó 43 carreras. Poco después también lanzó el Auto Union P con un motor de 16 cilindros que rompió récords a por mayor.

Sin embargo durante la Segunda Guerra Mundial, los sueños de grandeza de Hitler lo llevaron a buscar el auto más rápido del mundo, por lo que Ferdinand Porsche trabajó junto a Mercedes-Benz para construir el Mercedes-Benz T80, un auto masivo de casi 8 metros de longitud que buscaba alcanzar los 750 kilómetros por hora y convertirse en el auto más rápido de la historia. Sin embargo, el curso de la guerra evitaría que los planes de ingeniería se llevaran a cabo y el dinero tuvo que ir al ejército.

Porsche es tan bueno creando autos rápidos que el modelo 970 de los años setenta podía ir de 0 a 100 km/h en 2.3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 362 km/h, mucho más que la mayoría de los automóviles actuales, incluso ganándole a los deportivos.

Un símbolo de fuerza

Porsche tomó el símbolo de Stuttgart para diferenciar sus autos y además separarse de la reputación que mantenían después de trabajar con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial, un caballo. Pero si ves las fotos de los autos previas a los años cincuenta no encontrarás el logo por ningún lado, y es que fue hasta esa década que Porsche diseñó el logo en una servilleta y le tomó sólo unos cinco minutos. Además, se trata del mismo caballo que Ferrari implementó en su marca.

Versatilidad en la empresa

Si quieres un motor de Porsche no necesitas tener un Porsche. Desde 2002 la marca trabaja con Harley Davidson para los motores de la V-Rod Bike, y el éxito fue tal que la relación ha crecido a muchas otras motos de Harley Davidson.