Todos sabemos qué se festeja realmente en Navidad, ¿pero alguna ve te has preguntado por qué se celebra? Yo tampoco, y es que nadie se imagina la historia detrás de esta celebración.
Aquí te contamos algunos datos curiosos, entre ellos, por qué en el siglo XVII se canceló .
¿Desde cuándo celebramos Navidad?
¿Por qué el 25 de diciembre? ¿Quién decidió la fecha? Alguien tuvo que hacerlo, porque en el nuevo testamento no hay aclaración del año en el que Jesús nació.
Dato curioso: Al principio los religiosos no se preocupaba por el nacimiento de Cristo, más bien el tema relevante era la resurrección. Fue hasta que los agnósticos empezaron a señalar que el nacimiento de Cristo sólo era simbólico que la Iglesia tuvo que interferir. Y es que ¿cómo imaginarse lo sucedo sin visualizar la escena?
Por el año 200, la Iglesia decidió que debía empezar a hablar de una realidad física de lo sucedido: el bebé, los pañales, el pesebre. En el año 300 empezó a celebrarse la natividad. En ese momento, adoptó el carácter de festividad alineándose con las celebraciones del Solsticio de Invierno: regalos, luces, comida.
¿Pero por qué 25 de diciembre? Varios investigadores como Gerry Bowler, autor de Christmas in the Crosshairs: Two Thousand Years of Denouncing and Defending the World’s Most Celebrated Holiday, tiene una respuesta para ello.
Contemplando que en el nuevo testamento no hay una prueba clave del año en el que Jesús nació, hay varias teorías. Una teoría habla de cómo los primeros creyentes —por miedo a represalias— intentaron disimular su festividad alineándola con la Saturnalia y otra fiestas paganas en la misma temporada. Sin embargo Gerry y la mayoría de historiadores apoyan otra hipótesis.
La mayoría de los historiadores apoyan esta idea
En esta época, existía la creencia que los grandes hombres nacen y mueren en la misma fecha. En este caso, se pensaría que Jesús murió con su crucifixión en primavera, esto marcaría la concepción. 9 meses después, llega diciembre.
Es decir, el nacimiento en invierno ocurre 9 meses después del tiempo de la crucifixión de Jesús y el comienzo de primavera. Esto encaja con la idea del día en que Dios creó el mundo (primavera). Las creencias y metáforas anteriores nos hicieron creer que Jesús fue concebido en marzo 25 y nacido el 25 de diciembre.
El lado controversial de la Navidad: la historia de por qué se prohibió
Es invierno, no hay mucho trabajo. Los cultivos ya fueron cosechados. Necesitas calor y ese sentimiento cozy. El periodo invernal viene intrínsecamente acompañado con compañía, comida y reunión, así que la Navidad adquirió el espíritu festivo.
Pero, llegó un momento, donde se asociaba con la fiesta y el alcohol. “La Navidad llegó en la Edad Media y en el período moderno temprano durante una época de ocio forzado, era un período de inactividad agrícola. Había muchos hombres desempleados. También era una época en la que se realizaba la cosecha del vino, el vino estaba listo. La cebada se había convertido en cerveza, por lo que había mucho alcohol y mucho tiempo libre para acompañarlo. Y eso produjo algunas celebraciones navideñas muy desagradables, tanto en el continente como en las colonias de Nueva América donde se celebraba, sobre todo Nueva York, Pensilvania y otros lugares”, dice Bowler.
En ese entonces, los más religiosos no aprobaban las celebraciones que no aparecieran en la biblia. No hay Pascua, no hay Navidad. En los lugares más ortodoxos estaba hasta prohibido hacer un servicio de misa en una Navidad que no fuera en domingo y, por supuesto, nada de canto, y reuniones. A eso, súmale el exceso: comida, bebida, fiesta, juegos, apuestas, “inmoralidades”… el auto control dejaba de existir sin ninguna consecuencia, por ser Navidad.
Así, la Navidad se prohibe en el siglo XVII después de cien años de ataques de una variedad de protestantes. Escocia, Irlanda, Nueva Inglaterra, Inglaterra la abolieron.
Pero no funcionó muy bien. En Inglaterra, después de una prohibición total de todo lo festivo, desde las decoraciones hasta las reuniones, estallaron rebeliones en todo el país. Surgieron literalmente, revueltas de Navidad, y, en un momento de situación política delicada, la oposición aprovechó este descontento para alborotar aún más. Así en 1647 y 1648, los disturbios llevaron a rebeliones y una guerra civil. ¿Resultado final? Tras un juicio, el rey Carlos fue sentenciado a muerte.
Fue necesaria la restauración de la monarquía hasta en 1660 para que volviera la Navidad en Inglaterra. Pero cuando regresó, estaba en un punto muy bajo. Se volvió una celebración para la clase más baja. Ya no era más para caridad y los aristócratas no lo celebraban. Se asociaba con juerga al aire libre, mucha bebida y violencia masculina.
Y llegó Charles Dickens
Con tensiones políticas y noticias desmotivantes de explotaciones de niños y otras tragedias, digamos que por ahí de 1800 los artistas quisieron darle un giro al mood y se dedicaron a salvar la Navidad y su historia. En Estados Unidos: poemas y Santa Claus. Mientras, en Inglaterra, está Charles Dickens, regresando el espíritu familiar y de caridad.
Los victorianos se encargaron de reemplazar la idea de fiesta en la calle por una Navidad que representa el hogar. Aquí se empezaron traducir los villancicos clásicos alemanes y surgieron nuevas canciones, inyectando la temporada con otro sentido.
Es verdad, Dickens, de quien existe la película “El hombre que inventó la Navidad” (2018), fue ingrediente clave para enmarcar el concepto. Pero, por supuesto, otros cambios influyeron en toda la ecuación, como por ejemplo el avance en la construcción de ferrocarriles (que hizo la idea de regresar a casa para Navidad posible).
La familia real también jugó un papel importante en la historia de la Navidad
Además de Charles Dickens, la familia real puso la Navidad de moda. ¿Recuerdas la historia de cuando la reina Victoria se casó con el príncipe Alberto, un alemán? Bueno, pues dicen que uno también se casa con las costumbres del otro y fue la tradición de San Nicolás la que la familia real adoptó para Navidad.
Cuando la idea de traer regalos ya había desaparecido en Inglaterra en los 1550s, los niños de la reina recibían regalos debajo del árbol. La tradición se popularizó. De hecho, hasta se publicó una ilustración de los reyes y sus hijos, que viajó hasta Nueva York y fue editada para que luciera como una familia normal. En definitiva, el alcohol pasó a segundo plano y la ocasión se convirtió en la celebración en casa con los hijos que ubicamos.
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